viernes, 18 de diciembre de 2009

Instrucciones para beber una cerveza

Cuando una amiga mía se enteró, por un comentario ocasional, que acostumbraba beber un (os) whisky (s) de vez en cuando sin compañía, nomás por el puro gusto, decidió mandarme a alcohólicos anónimos. Soy Raymundo y soy alcohólico, dije. ¡Ah, maldito mundo de etiquetas!

Me imaginé andando por la calle mientras la gente decía: Hola, soy Mariana y estoy bien buena (sonrisa incluida); soy Alonso y soy gay (guiño guiño); soy Pedro y soy bien perro (mirada libidinosa a Mariana que sí, se cae de buena); soy Gerardo y busco pollos (quinceañeras meneando sus crecientes traseros). Cosas así. Yo diría algo como: Soy Ray y soy pobre (esto porque así se consiguen chelas gratis, hay un poco de impacto dramático y porque, en cierto sentido, es verdad, aunque no en el sentido habitual; yo, por fortuna o infortunio, como todos los días).

Bueno pues, total que Raymundo alcohólico contó, primero con timidez, luego con harto nudo en la garganta y por último con convicción oratoria, del padre golpeador (causa de traumas varios), de la madre golpeada, de los tropiezos verdaderos y también de los amorosos, literarios, laborales, conceptuales, sociales, empresariales, abstractos, materiales. En tanto, me moría por un trago. Al fin, recibí aplausos y condolencias. Luego siguió Jorge que, cosa curiosa, también era alcohólico y después Martha y Andrea que éranlo a su vez.

En esa sesión aprendí varias cosas: 1) La máxima: un día a la vez; así que no volví, con ese día bastaba. 2) Que además de alcohólico soy neurótico: odio los clubes. 3) Que, alcohólico o no, necesitaba un trago urgentemente. 4) Que Martha, además de alcohólica, era lesbiana. 5. Que Jorge impotente. 6. Que Andrea casada con un caballero galante y de ojos profundos que le hacía la vida miserable. 7. Que, en todo caso, prefiero los clubes de pintura.

La gente normal acostumbra los fines de semana. Esto se sabe que es a causa de los hábitos laborales, las responsabilidades familiares y otras minucias. De noche, hora propicia para ocultar traumas y mostrar una cara de plenitud ficticia. Muchas fiestas, muchas reuniones. Cumpleaños, posadas, navidades, aniversarios, son fecha propicia para beber y ser Armando feliz y Julia festiva y no Armando y Julia alcohólicos respectivamente.

Yo, que carezco de calendario onomástico importante, soy ateo y el único aniversario que recuerdo es el de la revolución, prefiero no usar pretextos. Y como analizando la cuestión descubrí que todo empezó por beber solo, ahora busco compañía, de preferencia agradable, y pido una cerveza oscura y me la termino a tu salud antes de pedir la segunda mientras descubro de a poco que sabe mejor, mucho mejor, cuando vamos pidiendo juntos la siguiente ronda.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Instrucciones para leer un instructivo

1. El instructivo es aquella cosa de papel engrapado que suelen traer lo mismo las lavadoras que las plumas BIC, a causa de varios tipos de iso, que no hacen lo que dicen que hacen pero hacen que todos hagan lo que ellos dicen. 2. Si usted es de los que piensa que las letras son pequeñas hormigas indescifrables, el instructivo también contiene múltiples dibujitos que le muestran gráficamente lo que usted debe de hacer para realizar la difícil operación a la que será sometido. 3. En este paso empezaremos con la parte más compleja de la operación, así que pedimos atención máxima: LEALO. No es tan difícil como parece. A lo sumo es necesario un vocabulario de 200 palabras en su idioma nativo, pero aquí le damos un brevísimo glosario: que=k. En la mayoría de ellos las palabras usan vocales (A,E,I,O,U), no se sorprenda. Si desconoce alguna de las palabras, use un diccionario. NOTA: El diccionario no viene incluido. El diccionario es un libro (libro es un conjunto de hojas juntas con letras impresas) que contiene, en orden alfabético, la mayoría de las palabras necesarias para entender una lengua y su significado. PRECAUCIÓN: es recomendable conocer el orden del abecedario para una rápida consulta (para cualquier información al respecto, visite http://www.primeraescuela.com/THEMESP/alfabeto.htm). Si tiene un niño en edad escolar, seguro que cuenta con uno que él reconocerá con el nombre de: Pequeño Larousse Ilustrado; pida asesoría. De lo contrario, puede ir a cualquier papelería mediana y solicitarlo. 4. Si a pesar de eso le resulta demasiado complicado, no desespere; para esos son los dibujitos. 5. En la primera parte encontrará recomendaciones antes del primer uso. Trátese de la menciona pluma (pluma=bolígrafo=instrumento de escritura) BIC, encontrará cosas tales como: no se use para limpiar la oreja; no se la meta a la nariz, mucho menos en el culo; no se use como arma blanca; no se necesita electricidad para su uso: favor de NO intentar conectarla. 6. Luego encontrará el dibujo del instrumento en cuestión y sus componentes debidamente señalados: 1. Tapón; 2. Punta giratoria; 3. Contenedor de tinta. 7. Después el correcto modo de usarse. Tomar por ambos extremos con ambas manos. Deslizar el tapón para separarlo del resto del bolígrafo. Poner el tapón en el otro extremo (para no perderlo, se entiende, ¡siempre se pierden!) a manera de gorrito. Tomar el bolígrafo con la mano que se usa habitualmente para escribir (la derecha, habitualmente. Para nociones de derecha-izquierda ver plaza sésamo, capítulo 2). Sujete entre el índice y el pulgar con la punta giratoria hacia abajo y apoye sobre el papel y realice un trazo. (El significado de trazo lo puede encontrar en el pequeño Larousse ilustrado). 8. Por último encontrará un breviario de qué hacer en caso de que el instrumento no funcione. Por ejemplo: Si no pinta, quite el tapón, intente apoyar con más fuerza la punta en el papel, aprenda a escribir, etc. 9. Si es el caso, adjunta vendrá una garantía. Evite usarla antes de verificar que ha realizado las operaciones correctamente. Eso le evitará la hueva de tener que ir hasta la tienda, armar un pancho de dimensiones descomunales, insultar al gerente, a la cajera y a toda la parentela de los mismo y el terrible ridículo cuando con cara de autosuficiencia, el más imbécil de todos ellos, destape el bolígrafo, lo pose grácilmente sobre un trozo de papel cualquiera y escriba, con una excelsa caligrafía y gentil sonrisa, algo como: ASÍ SE USA, PEDAZO DE IMBÉCIL. 10. RECOMENDACIÓN: Si llega a esta instancia tan bochornosa, dé las gracias y salga inmediatamente antes de que sus chapotas y el copioso sudor de las manos lo delate, no diga cosas como: ¿y ya con eso? Si falla otra vez, regreso. Ya ves, Alfonso, te dije que así era. PRECAUCIÓN: EVITE NO OLVIDAR EL INSTRUMENTO DE SU DELIRIO NI TROPEZAR CON LAS LATAS DE FRIJOLES EMPILADAS EN UNA HERMOSA TORRE DE 3 METROS.

viernes, 20 de noviembre de 2009

La Calle

Se camina por la calle mientras se traga el aire,
sin dejar que el ambiente inunde los pulmones de las pupilas,
se voltea a ver el sol para saber si es hora de aflojar la corbata,
no para contemplar la luz que se filtra a través de las hojas del mundo,
se mira al mundo para pasar de vivir, sin sentir el paso y el paso de la vida,
se estudian los libros para contabilizar lo que se ha leído,
sin tramitar en la embajada el pasaporte visado al otro lado del espejo,
Se compra café por la calle para llegar despierto al trabajo,
no para que su aroma inunde los sueños y el erotismo de los sentidos
se come para vivir, no por el placer de tener el festín de una comida,
se cava una trinchera para defenderse de las hordas funestas de la rutina,
no para cimentar un castillo en el aire, de construir un imperio de niños,
se marcha a la batalla sin la esperanza de morir en ella y con la seguridad de caer prisionero,
se habla de revoluciones para vender armas en la frontera...
Se canta para enviar un mensaje, para gritar a los cuatro vientos,
para tararear la melodía que marca el compás del paso a paso,
del en vez en vez, del cuando a cuanto se oferta el milagro
de vivir para hacerle la vida miserable a la rutina,
Se mira al sol para saber que hace horas explotaron los dorados del amanecer,
para tener otro día en la búsqueda de la isla del tesoro,
para mantener un suspiro en el aire que no cotice en la bolsa de valores de una bolsa de mujer,
Se camina por la calle por el placer de sentir la piedra bajo el calzado,
se camina por la calle por la consciencia de estar de píe sobre el pavimento,
se camina por la calle por el orgullo de pararse espalda derecha, nariz desafiante,
se camina por la calle por el impulso que se crece a medida de los pasos
Si camino por la calle es para tomar impulso y con alas de cera poder volar,
Se vuela por el mundo para dejar abajo a los mortales en el camino a la inmortalidad.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Homo comunicatus II

En la primera clase del tema que tuve en mi vida me aprendí el axioma fundamental: la comunicación requiere de 3 elementos: emisor, receptor y mensaje.

A mí me pareció la cosa mas obvia del mundo y llegué a creer que el resto del semestre me la pasaría de lo más aburrido oyendo cosas de ese tipo que no sorprendían ni a un mono come bananas; así que me entretuve lanzándole papelitos, en sustitución  del jalón de trenza, a una niña de ojos bonitos el resto del semestre con la que luego tuve buen sexo y, naturalmente, serios problemas de comunicación. Ella decía cosas como: no hay problema, no me pasa nada, estamos bien; yo, en la inocencia de la adolescencia, comprendía que había un mensaje oculto en aquellas palabras, pero fui incapaz de descifrarlo. Nuestro amor se desvaneció en 1 ó 2 meses a causa de múltiples incomprensiones y, paradójicamente, pasé con 9 la materia.

Hoy en día, tengo amigos (el plural siempre evita que parezca ataque personalísimo) que tienen 3 celulares y no contestan ninguno. Si les mandas un mensaje (de texto, se entiende) tratando de acelerar el proceso con algo concreto como: ¿Nos vemos hoy a las 8 en tal sitio? La respuesta es… … … … O sea no hay. Eso generalmente suele significar: no, no puedo, tengo hueva, otro día. La lógica es simple: si es no, ¿pa’ que te contesto?

Hoy sucedió más o menos lo mismo. Mandé un mensaje, no me pelaron o mejor dicho, hubo la tácita respuesta que yo debía de suponer, así que me quedé a disfrutar un maravilloso día conmigo mismo en mi casa, o sea, rascándome las pelotas a placer. A las 8.25 me llegó uno que traslucía harto encabronamiento: Dónde estás cabrón, llevo media hora esperando. Estuve a punto de aplicar la misma y enviar mi silente respuesta que el otro debía adivinar como: estoy en mi casa en pleno rascamiento de pelotas, nos vemos otro día. Pero, gentil como soy, que le llamo para decirle que yo había entendido que no, etc. El otro, más emputado, casi me gritó: pos si nos vamos a ver entonces, ¿pa’ que te contesto? ¡Ah, no, pos sí, a huevo! ¡Cómo no se me había ocurrido!

Total que, del placentero rascamiento de pelotas, pasé a la reflexión (soy de esos que no pueden hacer 2 cosas a la vez).

Tengo un celular que en realidad es mi agenda y mi reloj con 300 números de los cuales uso 3 ó 4 con irregularidad; los otros 296 son de gente que te vas encontrando en la calle con la clásica conversación de: Qué milagro, Qué has hecho, A quién has visto, Dame tu número, Nos hablamos. Patrañas. Últimamente ya nomás hago la finta de que anoto el número, digo, ya pa’ qué nos hacemos pendejos ¿no?

Cada mañana, casi religiosamente, enciendo mi compu y entro a messenger, pa’ ver quién está. Más patrañas. Hablo con 2 personas, los otros 87 se dividen en los siguientes grupos: los que me dan hueva, los que les doy hueva, los amigos del amigo del amigo que no es mi amigo, los que hace tanto que ya no sé ni quienes puta madre son y un minúsculo grupo de amigos de a de veras con los que no hablo por ahí porque los puedo ver en un café. Ah, pero, paradojas de la vida, como ya nos encontramos todos los días online, pos ya pa’ qué nos echamos el café ¿no? Ora ya hasta decimos: te veo en messenger.

Corrección: No nos vemos. Vemos nuestros nombres o nuestros pendejos seudónimos como “lunita 37”, “estrella marinera” o “un loro que blasfema en latín”. Y nuestra conversación se ha reducido a “pepito te ha enviado un zumbido” o en el mejor de los caso algo como: k pd w n mms k pt hv. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡?????????????

Esta mañana, me pasé una hora tratando de contestar un mensaje en facebook (que, si no lo ha notado, se traduce literal y absurdamente, como libro de caras). Mientras me perdía en miles de madres que decían cosas como: pepito cogió con pepita, pepita cogió con juanita, juanito cogió con pepito y pepito se hizo gay, me saludaron 2 ó 3, que también tengo en messenger y en donde nunca hablamos, y cuya conversación resultó imposible. A tanto, mientras me preocuba  más y más por la actual tendencia sexual de pepito, decidí mandar como pude un mensaje multitudinario y mandar la cosa esa a la chingada hasta el próximo año que tenga que responder más mensajes de felicitación y donde volverá a ser de alguna utilidad. En la fotos de pepito se veía a las claras que sí, pepito era putísimo desedendenantes, pero eso sí, muy feliz, como el resto de los que ahí habitan y yo, que no soy feliz ni quiero serlo, no tengo una cara sonriente que mostrar en aquel libro cuyo nombre mejor sería happyidiotfacebook.

Cheñoras y cheñores, niñosh y niñash, caramelos y bolitas, ¡Extra, extra, en pleno siglo XXI tenemos un problema de sobrecomunicación! No hay forma de no hacerlo y, sin embargo, no nos comunicamos con nadie. Un zumbido es una versión muy chafa de mensaje, una happyidiotface no sé si tenga otro además del evidente y tener 18 celulares y 98 cuentas de correo no sirve para un carajo si no hay esa obviedad de: emisor, receptor y mensaje. Y sería más lindo, más funcional digamos, que además la cosa fuera bidireccional, pero parece que eso es mucho pedir. No hay mucho qué pensarle, le juro que tengo razón.

En otra clase, esa de filosofía, se discutía el asunto de: ¿el ruido existe si no hay nadie que lo oiga? Y yo digo: ¿Habrá comunicación si en el juego del emisor-receptor no se invierten por fuerza los papeles e intentamos que el mensaje, cualquiera que este sea, llegue a su destino y, en el mejor de los casos, se comprenda y reciba una respuesta?

Los profetas de la comunicación no nos avisaron que en este caso y, en contra o a favor de Maquiavelo, el problema no es el medio sino el fin.

martes, 27 de octubre de 2009

31, oiga usted

Por una amiga me acabo de enterar que hoy cumplo 31 –años, meses, días, horas- qué importa.

De todas maneras, son pocos para hacer literatura, suficientes para coleccionar desilusiones, bastantes para enamorar rapaces doncellas menores a 29 y, sin embargo, sucede, así de pronto. Sin clasificar el aviso, sin edicto en primera plana.

Me acabo de enterar que los niños me dicen señor, las quinceañeras  me piensan medio raboverde, las veinteañeras interesante y las treintañeras como prospecto de no sé qué diablos.

Acabo de saber que ya no tengo la vida por delante porque la he alcanzado definitivamente, que ya me empieza uno que otro achaque y que las canas van a empezar a surgir de modo irremediable.

Como sea, me empiezan a aburrir las pláticas insustanciales, es decir que estoy en el borde de cruzar la línea de ser del clan de los amargados y de empezar a escuchar algo como guru, guru, guru, guru en lugar de una conversación con sujeto, verbo y predicado; empiezo a preferir la buena conversación al sexo sin nombre de la participante y el ruido, como siempre, me sigue cagando grandiosamente.

Me sigue gustando el cine sin interrupciones, el whisky en las rocas y leer hasta las cuatro de la madrugada. Me como lentamente lo que puedo, me bebo más de lo necesario y me juego a medias hasta lo irremediable.

A la mitad del camino de nuestra vida dijo Dante y yo, a la mitad de la puta madre, sigo esperando que Virgilio me dé un tour por alguno de lo círculos del infierno, aunque a veces tengo breves bosquejos de lo nunca imaginado.

Me han querido a medias y he querido a cuartos. Mi colección de deudas crece y comienzo a comprender en vivo lo que es una crisis económica (de las crisis de las otras es mejor si no les hablo).

No soy feliz aunque no tengo razones para no serlo. Sigo sin desear con demasiado deseo, sigo sin comer aprisa, sigo sin querer sin miedo.

Repito de memoria versos que me han plagiado antes de que se me ocurrieran, Quevedo, Serrat, Hernández y Machado; a duras penas logro una prosa trompicada y un verso de vez en cuando.

Sigo sin saber lo que quiero, aunque saber lo que no quiero ya me parece ganancia. Sigo fumando hasta tarde y disfrutando como nada el primer cigarro de la mañana.

De ser puro talento pasé, sin darme cuenta, a conceptos, a frases, a instituciones, a puro saber acartonado y, de entre tanto decir lo que pienso, lo que digo dejé de pensarlo.

Mis amigos han aprendido a decir, qué bien, por no atreverse a decir qué diablos, y en el colmo del absurdo, escribo notas y hago fiestas de cumpleaños.

miércoles, 7 de octubre de 2009

En el asiento de atrás de un coche

Si usted conduce es el protagonista de esta historia, si es el copiloto, también.

¿Nunca se ha dado usted cuenta de lo neurótico, divertido, maniático, eufórico, depresivo, carente de autoestima o presunto dueño de una situación que, reconozcámoslo, aquí entre nos, nunca domina cuando va al volante?

De pronto, como por arte de magia, se activan sus antenas detecta pendejos. Por un misterio, imposible de dilucidar en esta nota (puesto que merece un ensayo profundo que se llame “el laberinto de la pendejez”, “posdata” y “vuelta al laberinto de la pendejez”), delante de usted siempre va el más imbécil de los imbéciles, la mujer más tarada de la historia, el tope más gigantesco nunca antes visto (recordará a sus interlocutores que sólo en México existen esas madres, porque ah, si viviéramos en Berlín no habría necesidad, etc.), el semáforo más innecesario del mundo, el bache más profundo del infierno, el crucero menos inteligente del planeta, el microbusero más gandúl y sí, el perro más perro de todo el departamento de tránsito.

La situación puede variar de acuerdo a la hora, el lugar, la circunstancia. Pongamos por ejemplo las 14 horas de un jueves cualquiera.

Por motivos del todo incomprensibles, resulta usted victimado por un tráfico espeluznante, por la salida desbocada de rapaces colegiales y sus dulces mamitas que han decidido instalarse en doble fila esperando al dulce angelito sudoroso, mugriento y sofocado que tiene a bien derramar sus canicas y ponerse a recogerlas de una en una mientras usted, sensato, paciente, comprensivo conductor, espera, espera, espera.

Podrían también ser las 2 de la mañana de un sábado y usted traer sus copitas de más y no importaría de todos modos. Delante de usted pasaría, en su coche recién comprado, el adolescente más irresponsable de la historia que pretende estrellarse en el siguiente semáforo y usted, prudente como es, da a su acompañante la crítica sobre esta juventud insensata que se lanza a la perdición.

Reconozcamos que usted es un conductor con mala suerte, qué remedio. El mundo lo odia y usted, en recíproca armonía, odia a todo el mundo.

Pero mientras vaya solo, seguirá siendo el dueño, único e indivisible, de ese hermoso bello momento de estar al volante en su pequeño carruaje de gloria. Pero…

¿Qué hace cuando junto a usted, como su mejor compañía, como su soporte, como alguien que lo comprende como nadie, va su linda, bella, dulce, novia, esposa, amante, movida, quelite y/o todas las anteriores?

Qué hace usted cuando con dulzura le dicen: Mi amor, mi vida, mi cielo, ¿¿¿¿¿por qué carajo no te fijas cada que pasas un tope?????? ¿No crees que vas muy rápido? ¡Cuidado, casi le das! ¡No, tú fuiste el que se atravesó! ¡Siempre haces lo mismo! ¿Qué nunca te puedes fijar? ¡Ay, Manejas horrible, un día nos vas a matar!

Lo sé, lo sé. Con esa incomprensión destruyen su pequeño reino y le aumentan una neurosis más a su difícil labor de conductor resignado.

Es esa la prueba 576576-67677/768 de que usted lleva el volante honorariamente, pero alguien más es el (la) que dirige no sólo el coche, sino también su paupérrimo destino.

Pero no se sienta solo. Lo he vivido también, aunque yo en el asiento de atrás de su coche. Y, créalo, suele ser harto interesante y genera varias teorías sobre las relaciones de pareja, la comunicación, los métodos de control y otras minucias que contaré otro día con un poco más de calma.

martes, 6 de octubre de 2009

Transparencia Ocre (de la serie de pinturas de la obra Destinos)

Transparencia Ocre

perdido en el cristal de tu voz de dátil,

canto de arena,

apacienta los carros del faraón,

e inunda con mirra el ocre,

canta el cantar de Salomón

del pintar de los pintares

piel color arena, mar de dunas,

dame de beber del oasis de tu boca.

Espiral (De la serie de pinturas Destinos)

Succionado por remolinos de cicatrices que no sangran

Llueven lágrimas que en la tribuna recogen el júbilo de los mancos,

Sueños clandestinos de camas que se van enfriando,

Muertos desesperados que buscan pasaporte en Shangri-la

La miseria invade mis trincheras, desdibuja mi destino,

El terror se apodera del espejo, reflejo del porvenir,

Muñecas de papel que se ahogan en la asfixia de vivir,

Y por fin, dejarse llevar por la corriente del remolino

Desde el profundo abismo alcanzo al cielo despejado,

No más búsquedas de tesoros, ni caravanas de especies y mirra,

Despierto en el acertijo del agua que fluye a través del tiempo

La mirada se conforta con la complicidad de su milagro.

El Vuelo (de la serie de las pinturas de la obra Destinos)

El etéreo de tus pasos baila al vuelo del exilio

Entre el sol y el camino, vals de segundo, música de viento,

Pinceladas de sol, tristeza espectadora sin permiso

en palcos de rojo

Golondrina ligera, la esperanza emigra de tus ojos

Ningún lugar poseo y marcho a ninguna tierra prometida

La vida es la carretera y una golondrina en el cielo,

Poseo la sombra cuando sobra el sol y vendo la aventura de todos los días,

Pero por encima de todo, tengo en la alas las cicatrices del buen viento.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Media noche

Son las 3 de la mañana y las opciones son escasas. La primera es dormir, pero si pudiera hacerlo no habría cabida para las otras ennumerables, que no innumerables.

2. Seguir viendo por enésima vez el maldito comercial de fataché que me convence de mi creciente obesidad y de la urgente necesidad de detenerla, a cualquier costo.

3. Mirar por las siguientes 3 horas el techo y descubrir que le hace falta una mano de pintura y que en realidad no hago otra cosa que pensar en ti y luego escribir una canción para descubrir que el cabronsísimo de Serrat me la  plagió antes de que se me ocurriera seguramente porque me lleva harta ventaja en eso del insomnio, pero cuando lo alcance, ah, cuando lo alcance, entonces sabrá el infeliz de lo que soy capaz con suficientes horas sin dormir y entonces yo descubriré, como el perfecto estúpido que soy, que lo que he ganado en insomnio no lo ganaré jamás de los jamaces en talento y el bendito infame me seguirá ganando de todos modos la partida.

4. Hacerle el amor a mi mujer como un palurdo obseso, con esa intensidad nunca antes vista y mucho menos lograda en los años precedentes, oírla decir que nunca nadie, que así así, que como yo ninguno, que si así seré siempre no importa que la despierte de su más profundo sueño aunque tenga que levantarse mañana a las 6 en punto, que bien vale el desvelo, hasta descubrir que mi mujer nunca ha sido mía de veras, que estamos solos fataché y yo, que hacer el amor como un palurdo obseso no es más que una méndiga chaqueta.

5. Marcar un número “al azar” y preguntarle a quien conteste si el fataché funciona o contarle que al techo le hace falta una mano de pintura sin develar de ningún modo mis ansias de palurdo obseso ni mucho menos el asunto del no hago otra cosa que pensar en ti.

6. Hacerle caso al publicista de la Gandhi y aceptar que amar es sufrir pero leer es gozar aunque sea evidente que sufre del mismo mal que las mujeres que creen que un orgasmo es lo mismo que una barra de chocolate Carlos V. Pero olvidemos la dialéctica y gocemos pues con Beatriz Helena Viterbo cuyo eufemismo muestra más de lo que esconde o, en una vuelta de tuerca sobre el goce literario, contagiemos a otros tantos insomnes de este bendito placer que es posar la pluma afilada sobre un trozo de papel (o los dedos en las teclas, que suele ser harto más sugerente y hace evidentes varias pulsiones frustradas) y hacerlos partícipes de la duda de lo que uno es capaz de hacer a las 3 de la mañana en que las musas han pasao de mí porque se han ido con quién sabe quién carajo, pero que en definitiva no es conmigo con quien se han quedado.

sábado, 1 de agosto de 2009

Homo comunicatus

El primer celular en mi vida era un ladrillo de proporciones descomunales que tuve a bien colgarme en la cintura, no sé con qué intención. “El que llama paga”, anunciaba el slogan de la compañía telefónica y la canción de los tigres del norte de “con mi celular en la mano parezco empresario” empezó a perder vigencia cuando 8 de cada 10 individuos traían uno en la mano, en la bolsa o en el trasero. Por la misma época comenzó el boom del mail y el Messenger y hasta internacional se volvió uno. Acúsome de vivir, desde aquella época pegado a una pantalla hablando con gente que, de otra manera, seguramente me hubiera interesado bastante poco. Amigos de la escuela, que no eran mis amigos, ahora resultaban interesadísimos en mis idas y venidas; yo, a lo más, sólo en sus idas. Hasta recuperé uno que otro amor perdido con el cuento de “te encontré “por casualidad””. De la noche a la mañana cualquier hombre, mujer o bestia podría estar en contacto con mi ilustre persona y yo con ellos. Los mundos virtuales ahora son cosa de todos los días, 24 horas, disponibles para mí, están millones de cibernautas deseosos de comunicarse. Un Nick anuncia pomposamente las tragedias ajenas y las propias, por medio de chismógrafos virtuales sabe uno quien se casa, quien se divorcia, quien es amigo de quién y quién enemigo, con mensajes microscópicos, y sin vocales, uno puede saber los deseos más ocultos de los otros y los otros de los míos, bastan 2 palabras, sin vocales, para anunciarle al mundo lo que la mañana de un sábado cualquiera nos depara y la foto del día nos muestra sonrientes frente al siglo XXI. Sí, sí, todo eso está muy bien, estamos en el num plus ultra de la comunicación, pero no entiendo por qué, ella no entiende por qué él no entiende por qué; no entiendo por qué esa chica de enfrente llora y nadie va a consolarla y nadie sabe lo que le pasa ni por qué siguen llegando al psicólogo bastantes con síndrome de un no sé qué que qué sé yo y nadie trae en el bolsillo lo que andaba buscando. De todos modos, yo sigo buscando a alguien, desde hace media hora, para tomarme un café y contarle, con más de 2 palabras sin vocales, y por más de 3 minutos, que la vida va, simplemente va y las filias y las fobias que contiene y, si no fuera mucho pedir, nos interesáramos uno en el otro mutuamente mientras dura la taza de café al menos. Sí, el que llama paga; vos podés poner la propina si te place.

jueves, 30 de julio de 2009

Cuestión de estética

Hace 15 días estuve en una acalorada discusión sobre las virtudes del arte renacentista y los aportes al arte contemporáneo. Hasta grito enconado hubo de por medio cuando alguien se atrevió a dudar de la grandeza de Donatello. Poco faltó para batirse en duelo por cosa de apreciación estética. Yo, que soy un hedonista al natural opino que, sencillamente, si no le gusta no se lo coma; no hay necesidad de llegar al encono profundo.
Pero si eso pasa entre las reuniones de mucha pompa y mucho jojojó, de mucho ensalzar y mucho decir, qué pasará entre los pobres mortales cuando se acusa de nuestra falta de apreciación estética. Aquí, un ejemplo.
Estaba sentado en un parque, mirando comer a las palomas, pretexto que sirve muy bien para justificar mi vouyerismo contra los bípedos que transitan por las calles. Hasta que una enconada discusión dirigió todos mis sentidos hacia los improperios que venían en lontananza. Un dedo en alto acusaba entre sollozos que eso no se le hacía a nadie, que era la primera y la última vez que iba a ese miserable changarro piojoso, que qué había hecho para merecer aquello.
De lejos se podía ver a una enorme y llorosa mujer con mano alzada gritando iracunda. La otra con ojos abiertos como platos no decía nada, ni parpadear podía. Hazme algo, hazme algo, decía la mujer que se paraba y se volvía a sentar para pararse de nuevo. Esto no se le hace a nadie, hazme algo o llamaré a la polecia. Sobre el pelo tenía algo que, así, a la distancia parecía como una enorme servilleta en forma de moño en medio de la cabeza. Qué es esto, Dios mío, qué es esto, qué me has hecho, grandísima estúpida. Y entre gritos y encono profundo volvía a sollozar, impasible.
La enojada mujer era, sin más adjetivos, (muy) fea. Su enorme humanidad, se coronaba con un cabello rojo encendido y aquel moño espantoso sobre la cabeza. El llanto le había hecho escurrir el rímel de los ojos y los mocos se le embarraban una y otra vez en la cara cada que intentaba limpiarse con las manos. De la estilista culpa no era aquella enorme humanidad, eso seguro. Por lo demás, tal vez sí el ridículo moño y el rojo encendido. No vi como entró, vi como salió y, francamente, no creo que hubiera mucha diferencia. Salió de prisa, doblándosele los talones a cada paso a causa de la prisa, la ira y, quizás, la poca experiencia en el uso de tacones altos. Con la amenaza de denuncia siguió gritando a lo largo de la calle, entre trompicones, siempre con la mano levantada que sólo bajaba para mantener de vez en vez el equilibrio.
La imaginé ante el ministerio público entre sollozos. Mire que me han hecho señor juez, mire usté, le parece justo. Afusilen a esa infame mujer que me ha hecho semejante atropello. Señora, esto no procede. Pero cómo no va proceder hijo de puta, ¡pero qué no comprende lo que me han hecho! A mí, a mí, qué he hecho yo para merecerlo, qué pecado he cometido. El señor autoridad, tratando de mantener la compostura (y aguantando la risa en lo posible), la calmará, le dirá que el pelo crece, A ver sargento, ayude a la señora a quitarse el moño de la cabeza, así está mejor, ya, ya, no pasa nada, a vel a vel, quen quele a la goldita, on ta golda, aquí ta golda. Palmada en el lomo y a su casita a hacer la comida con una bolsa del palacio de hierro en la cabeza para disimular y ser, sí, totalmente palacio.
Si Chava Flores hubiera visto semejante embrollo hubiera escrito algo como esto:
“Oiga asté, que quiero ser como Britney Oiga asté, como Paca me dejó. ¿Como Paca, cuál Paca, oiga asté? Pues Paquita. ¿Cuál Paquita? Pues Paquita la del barrio, no hay que ser. Click, click, click, el pelito me cortó Click, click, click, señorita se pasó.”

miércoles, 15 de julio de 2009

Llamadas anónimas

La tercera llamada llegó a las 2 am, justo en el momento en que un jaguar estaba a punto de cenarse a un gamo asustado. Si no cierras la boca te mueres, dijo la misma voz de las 2 veces anteriores. Eso va a pasar tarde o temprano, le contesté con toda la dulzura que se puede tener cuando lo despiertan a uno de improviso, así que te agradecería que lo hicieras de prisa, si no el cáncer o el sida o una caída accidental desde un edificio de 20 pisos van a hacerlo antes que tú. Luego colgué y traté de seguir en lo mío, pero ya no pude saber el fin del gamo asustado. Sospecho que fue una cena suculenta. A la mañana siguiente, desperté sin tener claro si la llamada había sucedido en verdad o había sido producto de mi intoxicada cabeza. Miré el registro de llamadas. Había una justo a las 2 de un teléfono desconocido. O sea que el numerito era de a de veras. Momento de reflexión. ¿Por qué mantener la boca abierta podría matarme? ¿La epiglotis se mantiene abierta y al tragar saliva dormido…? ¿Tanta es la contaminación que…? ¿Un mosco se puede meter a explorar en mi garganta y…? ¿La nube de humo de mi cuarto entrará de golpe, toseré y…? Dios Santo, cuánta fragilidad tiene la naturaleza humana. Y cuántas buenas personas hay en el mundo que son capaces de despertarse a la mitad de la noche de tanta preocupación que les da mi bienestar. Después de esa benigna advertencia dormiré más tranquilo… ¿O será porque salí en televisión el otro día y en cadena nacional denuncié los atropellos del sistema político de este país? No. No creo. Eso ya no pasa desde tiempos de la revolufia, gracias a dios.

viernes, 3 de julio de 2009

para barrer las hojas de la margarita

Y que hay amigos tuyos que te quieren como vos quieres a la argentina que no te quiere como quisieras querer vos, que en cualquier café decimos estupideces para poder decir que vos nos dijiste estúpido, si has cambiado la guitarra por la pluma es porque es más poderosa que tu espalda, te haces tanto con esos dientes afilados, que hay días que quisiera escribir como vos hablas, lastima que la inspiración es una señora que todas las noches duerme con otro y, al parecer, ni es argentina, ni le gusta la guitarra, ni le convenzo de tomarse un café, mucho menos una salida con entrada por 400 duros, ella que ha preferido tus 30 palabras de plata, benditos los días que se malbarata con vos, bendito tú que escoges a los perdedores, bendito tú que en tu indiferencia te importan los colores, bendito tú que eres un amante casual de la soledad mientras le guiña el ojo a la compañía, ¿si te hiciera un homenaje te morirías? porque de ser así quisiera en herencia tuya un tulipán disfrazado de margarita, sólo para jugar a que vienes a corregir conmigo al mundo, sabiendo que entre el mundo y nuestras soluciones sólo existe el onanismo mental, venga desde mis ojos hasta tu hoja, yo te saludo,

Deshojando margaritas

A falta de historias que contar uno empieza a hurgar en el pasado, ahí donde parecía que había sobre el cristal una raya de mejores ilusiones y empezar como juanga a decir que a mis dieciséis… tenía una novia que me quiso y yo a ella, aunque fuera por dos meses, y subía montañas repletas de nieve y tomaba una mochila con una muda de ropa y me lanzaba a ver lo que había más allá de la acera y era feliz creyendo que tenía esperanzas de tocar bien la guitarra. En suma, una cosa tan cursi que sólo de pensarla dan ganas de deshojar margaritas y comer flores. Pero claro, ahora es cursi, antes era la verdad más verdadera. Como verdad fue también la primera vez que mi mayoría de edad me proporcionó mi incipiente ciudadanía.
Una credencial con mi foto de ratón sorprendido me decía que ya alcanzaba los korn flakes de la alacena y podía comportarme como todo un señorito muy adulto y muy responsable.
Con la venia del estado, di rienda suelta a mi madurez. Por primera vez entré a un antro sin sobornar cadeneros y me bebí todo lo libre que había en la barra al lado de una hermosa argentina que me dio todo el amor del que era capaz por sólo cuatrocientos pesos y, en la sala de un cine infesto de aromas indescriptibles, descubrí la más extremas connotaciones del oh my god, y sí, en el colmo del descaro, voté por primera vez.
Un poquito de historia me enseñó que los tricolores habían tenido 70 años de oportunidad y que los azules no tenían ni puta idea, así que me fui por los amarillos. No ganaron, así que al fin yo no decidí ni madres, pero eso no me quitó la ilusión. En mis pocas incursiones a las urnas me fui enterando de a poco que, sin importar el color, los nombres de los fulanos me eran del todo desconocidos, y con el nombre también sus manías y sus fobias, sus rencores y sus traumas y al fin de todo, si ellos, que salían en la tele cada 2 minutos, me resultaba unos perfectos desconocidos, yo, que por entonces no salía ni en el periódico mural del tercero de prepa, debía de ser para ellos del todo inexistente. Así que empecé a anular mi voto.
Al paso del tiempo, la vida, que es una cosa que nadie entiende, pero de la que todo mundo habla, resulta ser no tan buena ni tan interesante ni tan intensa ni tan bella ni tan grave ni tan seria; Dios resulta ser un don nadie sin oficio ni beneficio que vive de glorias pasadas y que ha perdido toda credibilidad en los comicios; la chica que me quiere no me quiere como quiero yo ni mucho menos la quiero como quiere ella; eso de subir montañas no resulta más divertido que el futbol de los domingo; cruzar la acera sale demasiado caro para mi salario de oficina y dejé la guitarra por la pluma a ver si me encontraba un poco de talento acaso por accidente. Y, en un acto de bondad sin precedentes, permito que mis amigos crean todavía en la democracia y repitan sus discursos reciclados que desempolvan cada 3 años mientras yo me enciendo el décimo cigarro de la tarde pensando en que Megan Fox está igual o más buena que Angelina pero más joven, más rica y más de moda y que si me dieran a elegir entre las 2 declararía empate técnico, nomás pa’ que ninguno, ni ellos ni yo, perdamos las ilusiones y sigamos deshojando margaritas mientras lentamente nos carga la chingada con toda la dignidad de nuestra ciudadanía responsable a cuestas entre el infesto aroma de la desesperanza.

viernes, 26 de junio de 2009

Torero, Torero

La plaza gritaba enardecida. Oleeeeeeeeeee. Oleeeeeeeeeeee. El capote volaba por los aires. Un pase de pecho, luego otro y otro más. El hombre y la bestia liados en combate singular. Pañuelos blancos levantados en el aire en un muñequeo frenético que hacia estremecer a la plaza entera. El ruedo, haciendo honor a su nombre, giraba en torno. Rodilla en el piso. Oleeeeeeeee. Persecusión en el centro. Oleeeeeeeeeeee. Gritos ahogados de mujeres con pupilas deseosas de que el héroe salga avante. Frente perlada de un sudor frío, caliente, luego frío otra vez. Me planté en el centro. Tomé el capote con mis fuertes y vigorosas manos y esperé. Del fondo se abrió una puerta y la bestia salió bramando deseosa de hacerse conmigo. Aguanté firme la llegada del astado. El capote extendido para recibirlo. Plaf. Un golpe. Seco. El capote voló por los aires. El torero también. Se acercó la cuadrilla de ayuda. Yo me levanté de un salto y dije: Aja, torito, aja. Oleeeeeee. Gritó la plaza. Un pase medianamente y luego, quién sabe cómo, otra vez en el aire capote y torero, torero y capote y el infame animal lanzándose sobre mí una y otra vez presa de un frenesí que mis frágiles huesos le causaban. Cada nueva embestida era menos ágil, menos rápida, menos decidida, de mi parte. El pecho. Las piernas. Los huevos. Putísima madre, qué dolor, qué dolor; sí, qué dolor de huevos. En posición fetal me retorcía mientras el infame palurdo me pisoteaba y me demostraba quién era ahí el que mandaba. Mi siguiente recuerdo es un montón de caras conocidas y la de un señor bigotón que me manoseaba las carnes y acabó por decirme: Qué madriza le ha puesto esa vaquilla, joven, no lo vuelva a hacer. El acto duró 15 minutos. Tal vez, sólo tal vez, 5. Para mí fueron 15 rounds. Los perdí todos. KO técnico en el primer asalto. Además de 2 o 3 veces que logré conectar un pase a medias, el resto la bestia me los dio a mí. Por estricta verdad de cronista, debo dar la edad y el peso aproximado de mi rival: 5 años, 800 kilos. Miente quien afirma que era una vaquilla de meses y pesaba unos 50 kilos. Es claro que quieren jugar con mi maltrecha conciencia que, por lo demás, tampoco ha quedado en sus cabales. Mi mamá soñó que sería torero. Yo sueño cada noche con eso desde hace una semana también. Mis propios gritos horrorizados me despiertan.

lunes, 22 de junio de 2009

La Neurosis

Siempre que escribo, doy unas vueltas, de hecho nunca escribo con la intención de los que tienen talento, estúpidamente sólo escribo cuando me inspiro y eso, queridos, es esperar a que esa señora celosa llegue al cuarto y me encuentre en la cama con otra, por eso yo nunca escribo con la disciplina propia de quien quisiera ser leído por multitudes furibundas…

Estoy sentado en el café, algo nervioso, volteo al reloj casi tan rápido como me fijo en la entrada del café, en algún momento llegaras, los nervios se calmaran como se compone el semblante de una oveja cuando llega el lobo, tomo otro trago de café y prendo otro cigarro, no sé el número de veces que lo he prendido, tampoco me preocupa, abro el libro que estoy leyendo, como si pudiera entender algo de la trama, por supuesto, sólo estoy pendiente de una cosa: de tu entrada en el café, con una sonrisa…

Sigo esperando, francamente en estos momentos, me importa un bledo el mundo y sus desamores, así te espero se qué vas a llegar, tarde o temprano, me gusta imaginar que vienes de jeans y de playera, observo por primera vez el lugar, está casi repleto de clientes, desde ese que trae a la secretaria disfrazada de amante hasta esos chicos que vienen a ver como se ligan a su amiga, ha pasado un buen tiempo, te espero y me invade una terrible angustia: ¿y si paso algo? ¿si me hubieras necesitado en la esquina? Por si acaso me asomo por una ventana, nada, todo tranquilo, aprovecho para voltear a ver una mesa…

Yo supongo muchas cosas de la vida, no creo que estemos parados en un lugar tan especial, ¿no lo han pensado? Porque habría de ser un lugar especial que sólo es el tercer planeta de un sistema de nueve planetas y una estrella, hay millones de estrellas por todo el universo, por si fuera poco, somos millones de seres vivos en el planeta, ¿de donde saca el ser humano que es el más importante? ¿cómo saber si lo es?, el mundo se está perdiendo y nadie hace nada, sólo se quejan… Carajo no llegas, llevo casi toda la tarde esperándote, no sé donde estás y no sé nada de ti, mientras tanto prendo el último cigarrillo y pido el último café, con esa cantidad de toxinas en mi sistema, es natural que mis nervios se hayan calmado y el ligero temblor de pierna se haya detenido; por fin pido la cuenta, ya sé que no vendrás hoy, es lógico ni siquiera te había citado, hace meses que no te veo y así está bien, ni siquiera el café está en tu camino a casa y eso está mejor, ya vendré mañana a ver si llegas, a ver si me invade toda la tarde la misma angustia de esperar a que entres por el café … maldito oriente medio, maldito Bush, maldito Obama, maldito Papa, malditos judíos, malditos nazis, bendita neurosis y sus jaleos sólo lo preocupan de más a uno, la economía no va bien, los senadores se pudren en sus asientos, los partidos políticos son un fraude, el presidente un imbécil, la oposición una partida de idiotas y yo dejé propina de más.

jueves, 11 de junio de 2009

Cuando llueve sobre mojado

Aquella manzana parecía jugosa y sin embargo advertí, mientras la comía, que tenía algunas partes más oscuras que otras y que eso, al gusto, parecía no gustarle. Como siempre y como todo, no renuncié hasta dejarla en huesitos, incluso chupé (como siempre) hasta la ramita. Minutos después el estómago me reclamaba algo, y por supuesto me interesé más en la película mala-mexicana (disculpen el pleonasmo) de acción que comenzaba en la tele que del dolor que fue creciendo entre comercial y comercial. Fue así que comenzó la noche mas larga de mi vida, y este es su recuento. 11:00 pm Ya en la cama, mientras llovía allá afuera, el dolorcito se hizo intenso y constante. De ser un pequeño retortijón se hizo un siempre punzante estomagototote... 01:00 am Decidí levantarme por primera vez, porque el intento de dormir se hacía cada minuto un poquito más estúpido... Empecé a caminar alrededor de la cama y a mentar madres... Afuera el aguacero estaba de pelos... 02:30 POR FIN !!!!! Encontré dos pastillitas de Pepto, ellas nunca me habrían dejado morir solo, Ellas, fieles amigas de tantas experiencias del tercer tipo, Ellas iban a salvarme de esto... Ellas eran lo que mas amaba en el mundo en ese momento… Todo iba a pasar pronto... 02:35 Todo pasó pronto… al fondo del escusado. Agachado ante el water regresaba lo que quedaba de la manzana, con un específico color rosita característico de mis grandes amigas las pastillas... (Ellas, las muy cabronas, se negaban a dar batalla) Algo estaba saliendo mal... Muy mal... 03:00 Dieciocho vueltas alrededor de la cama me habían hecho sentir un poquito mejor, las cosas podían no ser tan malas (siempre tiendo a exagerar), el asunto era agarrar sueño y con el sueño pasarían las cosas... Era hora de acostarme de nuevo... 03:05 Una puta mentira – pensaba mientras veía de nuevo el fondo del escusado – ahora había menos manzana y un poquito mas de rosa... 04:00 Salir de mi cuarto sería la mejor opción (dar vueltas en un espacio de 4x4 empezaba a ser, además, aburrido). Caminar por el pasillo hasta el cansancio iba a caerme bien... Caminé y caminé hasta que el sueño hizo, de nuevo, su aparición. Pero NOOOO, esta vez no me iba a ocurrir lo mismo, no me acostaría dejándome llevar por el engaño. Esta vez me acomodé una silla, pues sentado me dolía menos... 04:20 Duele menos, pero con un carajo no se puede dormir, no hubo forma de conciliar el sueño en tan adversa posición y menos con este malditísimo dolor abdominal... Había que acostarse de nuevo, sí, eso era lo mejor... 04:25 No siempre las grandes mentes llegan a grandes ideas – filosofaba ante el ya conocidísimo escusado – mientras los ojos me lloraban y hacia el célebre ritual para descomer. 04:27 Es interesante ver los objetos desde ángulos singulares (diríase que mi cabeza metida en el water es precisamente el ángulo singular y al que me refiero...) 5:00 La lluvia inundaba la ciudad y yo daba vueltas en la sala. 5:30 Por primera vez sentí frio en 5 meses... Decidí vestirme, visitar de nuevo el wáter en-la-posición-singular y salir de esa casa. Tenia que ir al hospital. 5:45 El camino más largo de mi vida. De la casa a la esquina. ¿Y luego? ¿Alguien sabe dónde hay un hospital en esta ciudad? ¿Alguien puede quitarme este dolor? 6:00 Apenas llegue a esa puerta mis pensamientos redundaron en lo inútil de la iniciativa, ¿apoco iba a tocar la puerta de una vecina así como así? Obviamente no. Esperaba que encontrar un taxi sería más fácil. 6:20 No lo fue... 6:25 Miraba en los ojos de un taxista asustado: "quéste cabron no se me muera aquí…” 6:30 Mientras subía las escaleras de la entrada de Urgencias del Seguro Social mis pensamientos se iban con el arrancón del taxista que al fin no tenía la culpa de casi aventarme. …Sin embargo, ¿qué carajos hacía la sala de urgencias en un segundo piso?
(¿verdadero surrealismo en estado puro o la estupidez en su máxima expresión?) 6:35 La jeta de pocas pulgas de una poco amable enfermera me informaba que sin la hojita rosa no podría entrar al recinto. 6:36 Mis ojos y un grito consecuente de dolor (tal vez un poco exagerado) le dieron la respuesta. Debía hablarle a un doctor ¡ A U R I T I T A ! …¿qué carajos es la hojita rosa??? 6:40 Lamentos míos resonaban en aquel cuartito que la hace de oficina (¿putero? ¿olía a putero?) y consultorio. El doctor intentaba sacarme algo de información. Preguntaba y tecleaba mis balbuceos en una antigua (y ruidosa) máquina de escribir. 6:43 Dictamen del doctor: "Mmnnnnno joven, voy a tener que operarlo sino se lo va a llevar la chingada... Segurito es apendicitis y si no lo opero orita a usté ya valió madre…" 6:44 En la cabeza algo se me despedorró. ¿Operarme a mi? Pus que estamos pendejos o que... "wua, bla wua, bla, peritonitis, wua bla, bla, llevar la madre, wua bla, bla, de la chingada joven" 6:50 De pronto escuche el silencio. El doctor me miraba como esperando una respuesta, y ante mi actitud poco cooperativa de ayudarle a introducirme un cuchillo, mencionó que su responsabilidad era internarme y hacerme unas pruebas. 6:55 Entre seis camas de hospital, tres de ellas ocupadas, alguien me ayudaba a quitarme la ropa y ponerme una pinche bata que, además de tener un color rosita ridículo, estaba sin planchar, vieja y extremadamente pequeña... (pinches batas de hospital, ¿nadie les ha dicho que también deben tapar las nalgas?) 7:00 Me introdujeron un catéter por el brazo, y me sacaron sangre por el otro. El dolor apenas me permitió firmar un formulario que me enseñaron. 7:03 Apenas estampé la firma aquella y, ante mi propio asombro y mi poca comprensión del inframundo (un verdadero infierno in situ), casi automáticamente – por arte de magia – el dolor, toooooddo el dolor, así como llego, d-e-s-a-p-a-r-e-c-i-ó... El dolor se había ido, tal como había suplicado toda la noche, el dolor ya no estaba, cabut, chingoasumadre, valió, disapir, nada, nada, absolutamente nada de dolor... 7:04 Yo estaba sorprendidísimo. ¿De verdad todo mi teatrito se iba a acabar así? Ni modo de pararme e irme dando las gracias por las atenciones… ¿y mis gritos? ¿y mis quejas? ¿y toda la puta noche sin dormir?... Noooo… Algo nuevo empezaba a gestarse en mi cuerpo… 7:05 Un sueño fulminante me aplastaba los parpados. Diríase que Morfeo ya galopaba sobre mi vergüenza mientras la enfermera intentaba darme algunas instrucciones. Creo que al final se rindió ante mi elocuente indiferencia por hacer algo diferente que ay, por dios doorrmirrr... 7:068:00… 9:00… 10:00… 11:00… 12:00… 13:00… … … … … A las cuatro y media de la tarde desperté por los gritos de una vieja en la cama de al lado y con un hambre atroz. Una enfermera mucho más amable me dijo que tenía dos noticias que darme… una mala y una buena: la mala es que me habían robado el reloj, la cartera, el pantalón, el celular y los zapatos. Lo único que me quedaba era la camisa que había usado de almohada (la cama no tenia almohada) y los calcetines que nunca me quité. La buena es que me habían declarado el alta y estaba completamente sano. Debía que desocupar la cama, devolver la bata y desalojar el hospital. Felicidades y que tenga usted un buen día... Nota al pie: Todas hechos aquí relatados son verdaderos, excepto los que no. La sala de urgencias del Hospital del Seguro Social de Villahermosa se encuentra en un segundo piso. Se accede subiendo escaleras o usando un elevador que lleva 3 años sin funcionar. A los tres pacientes que fuimos dados de alta ese día, nos habían robado todas nuestras pertenencias. Nunca obtuve mi diagnóstico.

jueves, 28 de mayo de 2009

Si mi cabeza no alcanzara...

Si no fuera sencillo cambiarte por un cigarro, abrazarme a una idea y en mi regazo fueras falta de ilusiones. Si no sintiera lo que pienso y no distrajera el sentimiento Si mi cabeza no alcanzara para el espejismo de mañana y esta historia tuya no hubiese coincidido. Si creyera en otra cosa, si tan solo fuese menos simple entregarte a mi café por las mañanas Tal vez, incluso ahora, tampoco quemaria las naves...

miércoles, 27 de mayo de 2009

Las Fronteras II El camino del sueño

Las Fronteras II

El camino del sueño

Mi mente es el caos, son tormentas de nubes que se aparecen y desaparecen, es la constante de una mente que por momentos espera el amanecer, de una luna que espera al anochecer para iluminar la tormenta...

Mi cuerpo es la tranquilidad, el mar esperando besar tranquilamente la playa, la tranquilidad de estar en un eterno vaivén, esperando que la luna se aparezca para levantar la marea...

Mis manos son la tierra, la humedad del musgo que crece viendo al norte, la lenta exploración de la tierra alcanzando las ramas altas de los pinos, la rápida agonía de quien es eterno, la eternidad de quién pertenece al club de los inmortales, la pertenencia de crecer sólo bajo los influjos de la marea nocturna, de los ojos tímidos que reflejan la luna a los seres vivos y diminutos…

  Mi mirada es la oscuridad, los contornos de un bosque nocturno, los frágiles ángulos de las figuras con los multicolores del enramado de los pinos, el apacible prado y la furiosa marea del viento frío que viene del norte derribando las ramas de los árboles, para dejar pasar los rayos de luna en medio de las hojas...

 La travesía entre mi mente, mi cuerpo, mis manos y mi mirada conforma mi alma, el alma entre los pinos de un camino por medio del bosque, los árboles sagrados de mis ancestros, la tierra sagrada, la paz de quién sabe que la carretera de ida no tiene fin y el camino de regreso nunca está terminado…

 Los nichos de los hijos que no tendré estarán en la cima de la montaña, los lobos cazarán bajo mi mirada y dormirán en mi regazo y, en una noche fría de Enero, con la luna en lo más alto, mi Banshee me colocará una trampa con el amor de quién espera siglos, me recostaré sobre la tierra húmeda a esperar tranquilamente que vengas por mi, con tu mirada enternecida por el vaivén de la marea adormecida por el frío, hambrienta de mi alma, esa noche vendrás a mi, querida muerte blanca y me cobijarás con el helado beso de tu compañía...

Los caminos llegan a su fin, para poder huir de la niebla gris que cubre al mundo, para dejar atrás las lagrimas del bosque, para poder soñar de nuevo, para volar lejos de los tesoros y sus herencias, para alejarme del calor de los vivos y poder sentarme en las estancias de mis ancestros. 

viernes, 22 de mayo de 2009

Un Apoyo Moral Y Una Bala En El Abdomen, Para Pepe Donoso

¿cómo le puedes escribir a un escritor? ¿qué le quieres enseñar a un maestro? ¿qué cuento le cuentas al hacedor de sueños? ¿Cómo le digo a mi general que ya no soy soldado?

Sentado en tu silla fumas y pides un apoyo moral, para soportar las conversaciones de todos los chicos que se te acercan a insoportarte con proyectos y cosas, siempre pensé que Cronos no quería hacerte caso, que sería grosero contigo y nunca te saludaría, siempre pensé que tú eras Peter Pan con el disfraz de un sabio para pasear fuera de Nunca Jamás, algo me dice que eres mortal, pero no lo quiero creer, esas son cosas que dice la mente para arruinarnos el día, no alcanzo a recordar cuando te vi por primera vez y sin embargo, recuerdo perfectamente la primera vez que conversé contigo, conversar es un decir, porque acaparaste la platica con esas cosas tan tuyas de saltar de una historia a otra, intercalando anécdotas y viejas historias de personajes reales y grandes, que ahora tienen estatuas en jardines a las que molestan las palomas.. esa noche nos invitaste a tu lugar ¿café, bar, tertulia, cofradía, sindicato? Y de pronto, estoy con ¿Cortazar, Picasso, Julio Cesar, Lucifer, Borges? ¡Cyrano de Bergerac! No, espera un poco, deja que te defina mejor, estoy tomando mate con un granjero de piedras, estoy tomando café con un capitán del ejercito chileno, aquel que defendió la aceptación de los indígenas en la oficialía, estoy tomando whiskey  con el edecán de Allende, que prefirió mantener su dignidad y su orgullo para no atentar contra la República, estoy sentado con Ulises escapando del jardín de Polifemo el policía-militar, para poder reunirse con Penélope, ¿habrás conseguido reunirte con Penélope?, ¿o ella sigue tejiendo por el día, mientras tú navegas de isla en isla teniendo todos los días una aventura distinta?, eres  un alma exquisita, tan grande que se empequeñece para no asustarnos, que nos veías con cierto cariño, el cariño de Drácula, permitiendo a la sangre nueva acercarse para maravillarse con nuestra juventud… pero a que viene todo esto, no estoy siendo claro, ¿tú serías claro definiendo quien eres Pepe?, ¿quién eres? A ti que haces poesía con la risa, acomódate para siempre en Reforma, estréllales a los ciudadanos la democracia en la boca, búrlate de todos y con el soneto en la mano, predica por la noche, que los países civilizados, son los que mejor licor tienen y más temprano engalanan las copas, con tu primera copa a las 12, pide un apoyo moral y apunta a tu vieja herida en el abdomen,  estás sentado en el palco del Coliseo, en el palco de los emperadores, en el trono del Cesar, tú tan republicano y tan emperador, remítenos a la pelea, nosotros tus gladiadores en la arena del coliseo, en el campo de batalla de la vida, ordenándonos que dejáramos de planear proyectos en el café para VIVIR de una vez y por todas, por eso, Peter Pan, Ulises, Cyrano, antes que la pálida dama, que se confunde con la Luna te lleve, antes de que duermas con ella

Desde la arena hacia tu palco, PEPE DONOSO YO TE SALUDO.

del termino Zoquetrefe

Se ha dado un gran debate acerca del origen de la palabra ZOQUETREFE,

al parecer hay una referencia sobre si la palabra se escribe con "S" o

con "Z", a petición del respetable público voy a intentar aclarar el origen

de la susodicha palabra: ZOQUETREFE con Z es la consolidación de dos grandes corrientes superpopulares en toda la Iberoamérica, viene del:

Zoquete cuya definición correcta es:

1. adj. Cuba. altanero ( altivo). Apl. a pers., u. t. c. s.

2. m. Pedazo de madera corto y grueso, que queda sobrante al labrar o

utilizar un madero.

3. m. Pedazo de pan grueso e irregular.

4. m. coloq. Persona fea y de mala traza, especialmente si es rechoncha.

5. m. coloq. Persona tarda en comprender. U. t. c. adj.

6. m. Par. Pedazo grande de carne vacuna.

7. m. Par. Cargo público.

y ésta primera aceptación fusionado con la palabra Mequetrefe cuya

definición según la misma fuente es:

(Quizá del ár. hisp. *qarás, el de andares ufanos).

1. m. coloq. Hombre entremetido, bullicioso y de poco provecho.

por lo que podemos adoptar que el gentilicio Zoquetrefe significa

"persona tonta, de mala traza, rechoncha que se entromete donde no le

hablan"

quisiera hacer el comentario también, que el SOQUETE está referido

para designar a un calcetín corto y se encuentra la palabra de origen

en el "sock" inglés por lo que SOQUETREFE  querría decir entonces,

calcetín entrometido y eso, la verdad, es muy poco aplicable.

jueves, 14 de mayo de 2009

Pláticas entre escritor y psicólogo, respectivamente

Un loro que blasfema en latín dice: o sea que, otra vez, tu tienes razon, me conseguiré alguien que me destroce el corazon *mi literatura anda escasa Angel dice: … exacto... tu sabes que a veces se escribe mejor desde abajo... porque desde arriba las cosas son demasiado dulces... los mejores escritores que he leído no suelen sobresalir en el acto de vivir sabroso... *ahora bien... si requieres que alguien te rompa el corazón algo está muy mal... precisamente... en tu corazón.. *algo quebrado pues.. digamos... Un loro que blasfema en latín dice: *sí, supongo que algo anda roto, nomas necesito un nombre y, en el mejor de los casos, un apellido de doncella Angel dice: *o la chingada madre que la parió... total.. sólo necesitas la excusa... Un loro que blasfema en latín dice: *pero de preferencia que la excusa tenga buenas carnes *digo, pa’ que haya sazón *y varias necesidades insatisfechas Angel dice: *siempre es mejor que la excusa tenga buenas carnes y malas lenguas.. que en general sea imposible llegar a ella, o por lo menos poco práctico accederle... (que sea casada, que viva en Grecia, que tenga novio, o que no sepa de nuestra existencia aun a pesar de haber convivido con ella los últimos dos años) *esto asegura una "rompida-de-corazón" de calidad.... pues no estamos como para hacerla mediocremente... Un loro que blasfema en latín dice: *mira, y si en lugar de "o" a todo lo anterior le pones "y" *ya andas cerca de cubrir mi perfil Angel dice: *si me hubieras visto... si esta plática fuera en persona y no virtual... hubieras visto que no pude evitar aplaudir... UN APLAUSO PARA EL RAY... venga… todos... Un loro que blasfema en latín dice: *siempre he sabido que SOY TODO UN HOMBRE *y hasta en lo nauseabundo se dejar la mediocridad de lado Angel dice: *perfecto... tenemos pues... asegurada una historia g l o r i o s a a ...

Las Fronteras

Lo difícil nunca ha sido empezar a escribir, lo terrible nunca ha sido divagar por los mundos y laberintos del minotauro, lo cobarde nunca ha sido hundirse en el mar embravecido de la hoja en blanco, lo sombrío es saber que puedo curarme a través del amor y las palabras, pero no lo quiero, no quiero la paz, no quiero la posguerra, lo que quiero es la terrible carnicería de una trinchera siempre amenazada y a punto de caer, lo que quiero es la mirada suplicante de un chico disfrazado de soldado, muerto por mi bayoneta, lo que quiero es el silencio sordo de las explosiones, lo que quiero es el tranquilizante momento en que dejo de agonizar. 

martes, 12 de mayo de 2009

Me despido de mi... me voy

Porque sabemos, a estas alturas de la vida, que estos adioses nunca son parasiempres. Me pediria vivir, pero lo voy a hacer Me diría: disfruta. Pero no lo puedo evitar Me diría que no debo volver, aunque esa excusa no esta en mis manos todavia. Me diría además, que aprovechara toda la nueva experiencia, pero que le hacemos, si tantas palabras no importan porque me sobran los consejos. (me preocupa la mitad, la otra mitad: tambien sus querellas y sus querencias) No voy a cambiar mucho, porque los que estamos seguiremos. Esos otros (yo) que quedamos, no cambiaremos por la inercia. Yo y yo sabemos que ya no importa el paso de los tiempos y los vientos y los montes. Seguiremos siendo lo que somos, aunque así no lo queramos, aun así si no nos vamos. Lo que duele no es la partida, es decir hasta luego, es saber, que al volver la mirada, no encontraremos lo que fuimos. Apenas quedaron restos de lo que somos... Aquí estare, La ciudad, la conchadesumadre con sus problemas. La soledad y su discurso de atole con el dedo, Acciones y recuerdos infantiles (que a estas alturas ya se viven como los aromas) Estaremos y, aunque no lo quiera, tambien me quedo. El mal humor por las mañanas. Mi desorden y las tarareadas. Los pendientes y amores por temporada. Esos ya no son anhelos y sueños nunca cumplidos... Esas son intenciones de buenas costumbres que sabemos no podremos (porque sabemos, no queremos) Yo que me quedo, que tambien me quedo, ahora supongo (y pienso a ciencia cierta) que este cambio de los tiempos volverá a encontrarnos las miradas. Por eso no vuelvo pronto, Aunque, y aún así, me voy a extrañar.

lunes, 11 de mayo de 2009

Lo que Yo escribiría es...

 Hay ciertas expresiones que me encantan, no por la sabiduría que encierran, por el contrario, me gustan porque son expresiones de cabezas calientes y corazones fríos que responden a anécdotas o datos ajenos a la situación que se acaban de enterar, me gustan porque son de uso común en conversaciones donde la frase es inútil y no toma en cuenta el contexto, de estas frases, hasta se podría hacer una breve clasificación, por ejemplo, están las que le echan en cara a un sujeto que está por terminar la anécdota, más o menos reciente,  de un conflicto que tuvo con alguien, cuando los camaradas de café aprovechan para enviarle una andanada de frases que le hacen saber lo idiota o cobarde que es, por lo tanto esta clasificación se podría denominar consultoría bélica verbal: "lo que yo le hubiera dicho es..." o "le debiste haber dicho..." que son los cercanos a la diplomacia, se llega a casos violentos verbales: "a mi me hubiera valido, le hubiera dicho sus cosas", "a mi no me hubiera durado, le habría cerrado la boca de un puñetazo"; otra  clasificación, podría ser referida a los consejos,  desde los consecuentes "yo en tu lugar lo que haría...", "por experiencia te digo que..." hasta los francamente impertinentes y paternales: "a tu edad yo ya había...", "Yo siempre he pensado que ...", "lo que debes hacer es ...".

De todo esto, me hace gracia que en el café, todos somos más valientes, más ocurrentes y más inteligentes para resolver situaciones pasadas, presentes o para predecir los problemas del futuro, amén de todo esto hay una frase, que por encima de todas es mi gran favorita y es:  "si yo fuera _________ lo que haría es", ah!!!! claro que es mi favorita porque, para empezar se puede usar con diferentes tiempos: ""si yo fuera _________ lo que haría es", "si yo hubiera sido_________ lo que habría hecho es", "si yo estuviera a punto de tomar el cargo de _________ lo que haría es" se usa para tantos puestos, basta con poner en la linea alguno de los siguientes cargos nacionales: alcalde, secretarios de gobierno, gobernadores, presidente, entrenador de equipo, entrenador de la selección, futbolista que fallo el penal, administrador de blog; (claro, los puse de menor a mayor importancia administrativa).

La frase me encanta, cuando la escucho pongo atención hasta en conversaciones ajenas, la simpatía de la frase no tiene que ver sólo con lo que el interlocutor nos dispensa de sabios consejos, también tiene que ver con la ocupación del mismo, es decir, no importa la condición intelectual o sociocultural, lo que importa es hacerle saber al mundo que está más capacitado que el cargo que critica.

 Yo tengo una teoría de porque los mexicanos hacemos esto, creo que es porque estamos acostumbrados a que nuestro equipo de gobierno son una partida de incompetentes, por lo tanto cualquier aportación suena útil en comparación del trabajo de nuestros gobiernos, pero ¿se han fijado que nadie dice "si yo fuera diputado lo que haría es"? creo que hasta nosotros sabemos que es inútil pertenecer a la cámara. Pero todo esto viene a una sencilla propuesta: si yo fuera periodista no hablaría más de la influenza porcina, sobretodo porque en un principio, al menos para mí, fue una gran confusión, por un momento pensé que al secretario de Hacienda, Agustin Cartens sufría de una terrible gripa y estaba besando gente, gente como usted y como yo y eso, francamente la sola idea de que el secretario de Hacienda nos contagie de lo que sea que tenga y por la vía del contacto, brrzz es para dar escalofríos al mismo Satanás.

Un Cuento de Nada

El cuento no sabía de que podría tratar, había en su pensamiento dos mil planes para realizarlo y sin embargo ninguno se puede plasmar en una historia lineal, no sólo eso, le habían dicho que tenía buen ritmo narrativo y que hasta mantenía un nivel de creatividad digno de los locos, (cuando mencionan locos es porque la definición de un loco es la definición de alguien que su sabiduría no es suficiente para hacer entender al mundo que lo rodea y viceversa), el cuento estaba desesperado, lleva días maquinando como poder encontrarse con la inspiración, anda buscando señales por todo el universo sobre su tema, nació cuento tiene que acabar como cuento, no hay más: inicia con una presentación de los personajes, hay un nudo, lo resuelve y todos son felices para siempre, o por lo menos las últimas horas del día, (cuando mencionan las ultimas horas del día es a los minutos que sobran, que están ahí pero que no se produce nada, los minutos, por ejemplo, entre que uno se acuesta y se queda dormido, pueden ser 79 segundos o  tres horas, el asunto es que esos minutos se guardan al resto del día y en el momento de la muerte se hace inventario del tiempo que uno no hizo nada, por nada se refiere a los momentos en que ni siquiera uno se puso a divagar por los océanos de la mente y la imaginación, hay quién tiene solo charcas por mente, hay quien tiene el mar del norte embravecido por las tormentas polares) esas últimas horas del día donde la desesperación llega, el cuento no termina de darse por vencido, ha buscado personajes, como si saliera a buscar vagabundos que quieran trabajar de ejecutivos en algún banco, como lobos que quisieran pastar con el rebaño para protegerlos de los pastores, el cuento vaga por la ciudad e incluso por el campo, no encuentra ni paisajes ni personajes, mucho menos la historia de su vida, el tiempo se acaba, si por lo menos pudiera encontrar una sucia trinchera llena de muchachos disfrazados de soldados que pudieran morir en una batalla inútil y contar algo interesante mientras gritan por sus madres y sus novias, pero ni siquiera eso, ni el asqueroso lugar común de todos los aficionados acerca del amor, ni un mal beso entre un par de colegiales que intentan quitarse el abrigo de la virginidad o el pudor público de abrazarse en medio de la plaza de armas, mucho menos un ave que no quiere volar, el cuento está sentado en un café, ¿qué puede hacer? Y ¿qué haría si pudiera? El tiempo sigue corriendo, lo que resta del día… el cuento se consuela pensando en que pudo ser peor, pudo tratarse de una película o de una novela por lo que su vida duraría horas y hasta semanas, se consuela pensando en que pronto terminará la tortura de no saber qué historia contar, ya que nunca estuvo, lo reconforta saber que pronto va a dejar de existir, …, …, …, …, …, …, 

martes, 28 de abril de 2009

Pandemonium

Tengo que confesar que mis limitados conocimientos son aún más limitados en términos químico-biológicos. Sigo sin saber qué coño significa que un carbono se una a un hidrógeno y mi mejor definición de basura orgánica o inorgánica es si previamente el resto que deshecho ha sido comestible o no, si me lo comí va a un cesto, si no a otro, aunque nunca tengo claro cuál es cuál. Lo que entiendo de virus se reduce a una computadora que de pronto me vuelve el word a excel, el excel a foto, la foto a canción de Laura Pausini y la Pausini a un video porno de muy reducido erotismo que en su punto más álgido se apaga súbitamente, pero no el video, la compu completa, y cuando la vuelves a encender te sale una hermosa pantalla azul que reza algo como: el sistema no puede recuperarse de un grave problema, por favor apague el equipo. Y ya. Adiós a la cartita de amor, al balance general de mis finanzas rampantes, a la foto de la novia que nunca tuve, a mi adquisición de una canción inédita de Serrat y al video no autorizado de Angelina. Hoy salí a la calle. Sí, salí, aunque no lo crean. Mi novia virtual me dio permiso (motivos tendrá de sobra), así que con miedo, incluso con cierto asco, decidí enfrentarme al zoológico de bípedos que deambulan por las aceras. Cuánto hará que no pongo un pie en la calle que la moda cambió radicalmente. Parece que pasamos de los pantalones a la cadera (¿no venderán pa' hombres?) y camisita entallada, entallada (¿no venderán pa' hombres que además sean flacos?) a un accesorio bucal bastante exótico. De varios colores, verdes, azules y blancos en su mayoría. Yo, como siempre, a la zaga de la última moda milanesa, caminé visto como bicho raro por varias calles. Ahora el asco era recíproco. Luego hable con uno, que dice que soy su amigo aunque él no lo sea mío, y me dijo que todo era por cierto virus de puercos que rondaba la ciudad, que te daba como gripa, pero no era gripa, que te daba como fiebre, pero más culero, que te daba como tos, pero que parecía tes, que, en resumen, estaba retebiencabrón. Y pensé que mi amigo, que no es mi amigo, había comprendido al fin cuán cerdos somos, pero no le dije nada. Por lo del virus, ya lo dije, desconozco por completo de esas cosas. Me imagino que si la gente anda con cubrebocas es porque han de ser del tamaño de una manzana que te atacan de improviso. La cosa en la boca debe ser, naturalmente, para que el manzanazo no te dé en pleno hocico porcino. Tuve miedo. Mucho. Perder los dientes es una de mis más oscuras pesadillas. De pronto, a causa del décimo quinto cigarro de la mañana, me vino una tos, luego una tes y hasta una cuato. Una señora desde un balcón gritó: epidemia, epidemia, mientras me rociaba el agua que previamente le echaba a sus plantitas. Otra señora gorda (no sé por qué a esas horas de la mañana sólo había señoras y, las más, gordas) se alejaba de mí entre trompicones y torcidas de tobillo mientras se santiguaba chillando, Pandemia, Pandemia, y al doblar a la esquina, desconcertado, tropecé. En mis intentos de mantenerme en pie derribé un canasto enorme de rojas manzanas que me llovieron en la cara de una en una, de tos en tos, de tes en tes, mientras yo trataba de cubrirme inútilmente pensando, éste es el fin, me he contagiado, moriré. La gente se amontonó a mi alrededor, sorprendida. Se bajaban sus mascarillas para poder hablar a placer de lo sucedido, confiados, supuse, pues las manzanas ya rodaban todas por el piso sin peligro de atacar. Yo en tanto agonizaba y sentía como la vida me abandonaba lentamente.

Que hacer si la epidemia llega a tu ciudad...

Nuestras platicas idiotas (sin nada mejor que hacer) en el MSN Angel dice: oye tu puerquito... como vas?? Un loro que blasfema en latín dice: aqui ando de hecho armando una nota para el blog tu que onda Angel dice: picándome los ojos y pellizcándome el ombligo... pero ya me canse... Un loro que blasfema en latín dice: ah si que te dieron vacaciones, no? Angel dice: resulta ser muy cansado cuando es lo unico que tienes que hacer.... sip Un loro que blasfema en latín dice: pues podemos unir fuerzas Angel dice: podemos tambien combatir el mal que nos aqueja... podemos golpear a alguien.. incluso podemos dar un golpe de estado... que propones.... Un loro que blasfema en latín dice: yo la verdad, pensaba atragantame con pinole y salir tosiendo hasta caer fulminado en la acera Angel dice: eso es muy histrionico... pero puede funcionar... Un loro que blasfema en latín dice: y que te extraña? Angel dice: no es extraño.. es extravagante... pero me gusta Un loro que blasfema en latín dice: pos por eso tu puedes apoyar gritando en la otra acera: el lo tiene EL LO TIENEEEEEEE Angel dice: ok... pero hagamoslo en la juarez, o en el centro.. o mejor aun, en angelopolis... hay que advertirle a los medios... Un loro que blasfema en latín dice: angelopolis me gusta Angel dice: filmado va a ser el pandemoniummmm.... ya quiero verlo en el noticiero de las 8 Un loro que blasfema en latín dice: le acabas de dar titulo a mi articulo se agradece dile a naye que la necesitamos de directora de escena y al valdo como intelectual fantoche el cardona puede ser polecia y el cubas medico de guardia Angel dice: mas bien como guarura.. da mas el perfil... Un loro que blasfema en latín dice: guaruras tuyos o mios? o de la naye? o de los espectadores Angel dice: de la plaza... suponia de la plaza...