viernes, 26 de junio de 2009

Torero, Torero

La plaza gritaba enardecida. Oleeeeeeeeeee. Oleeeeeeeeeeee. El capote volaba por los aires. Un pase de pecho, luego otro y otro más. El hombre y la bestia liados en combate singular. Pañuelos blancos levantados en el aire en un muñequeo frenético que hacia estremecer a la plaza entera. El ruedo, haciendo honor a su nombre, giraba en torno. Rodilla en el piso. Oleeeeeeeee. Persecusión en el centro. Oleeeeeeeeeeee. Gritos ahogados de mujeres con pupilas deseosas de que el héroe salga avante. Frente perlada de un sudor frío, caliente, luego frío otra vez. Me planté en el centro. Tomé el capote con mis fuertes y vigorosas manos y esperé. Del fondo se abrió una puerta y la bestia salió bramando deseosa de hacerse conmigo. Aguanté firme la llegada del astado. El capote extendido para recibirlo. Plaf. Un golpe. Seco. El capote voló por los aires. El torero también. Se acercó la cuadrilla de ayuda. Yo me levanté de un salto y dije: Aja, torito, aja. Oleeeeeee. Gritó la plaza. Un pase medianamente y luego, quién sabe cómo, otra vez en el aire capote y torero, torero y capote y el infame animal lanzándose sobre mí una y otra vez presa de un frenesí que mis frágiles huesos le causaban. Cada nueva embestida era menos ágil, menos rápida, menos decidida, de mi parte. El pecho. Las piernas. Los huevos. Putísima madre, qué dolor, qué dolor; sí, qué dolor de huevos. En posición fetal me retorcía mientras el infame palurdo me pisoteaba y me demostraba quién era ahí el que mandaba. Mi siguiente recuerdo es un montón de caras conocidas y la de un señor bigotón que me manoseaba las carnes y acabó por decirme: Qué madriza le ha puesto esa vaquilla, joven, no lo vuelva a hacer. El acto duró 15 minutos. Tal vez, sólo tal vez, 5. Para mí fueron 15 rounds. Los perdí todos. KO técnico en el primer asalto. Además de 2 o 3 veces que logré conectar un pase a medias, el resto la bestia me los dio a mí. Por estricta verdad de cronista, debo dar la edad y el peso aproximado de mi rival: 5 años, 800 kilos. Miente quien afirma que era una vaquilla de meses y pesaba unos 50 kilos. Es claro que quieren jugar con mi maltrecha conciencia que, por lo demás, tampoco ha quedado en sus cabales. Mi mamá soñó que sería torero. Yo sueño cada noche con eso desde hace una semana también. Mis propios gritos horrorizados me despiertan.

lunes, 22 de junio de 2009

La Neurosis

Siempre que escribo, doy unas vueltas, de hecho nunca escribo con la intención de los que tienen talento, estúpidamente sólo escribo cuando me inspiro y eso, queridos, es esperar a que esa señora celosa llegue al cuarto y me encuentre en la cama con otra, por eso yo nunca escribo con la disciplina propia de quien quisiera ser leído por multitudes furibundas…

Estoy sentado en el café, algo nervioso, volteo al reloj casi tan rápido como me fijo en la entrada del café, en algún momento llegaras, los nervios se calmaran como se compone el semblante de una oveja cuando llega el lobo, tomo otro trago de café y prendo otro cigarro, no sé el número de veces que lo he prendido, tampoco me preocupa, abro el libro que estoy leyendo, como si pudiera entender algo de la trama, por supuesto, sólo estoy pendiente de una cosa: de tu entrada en el café, con una sonrisa…

Sigo esperando, francamente en estos momentos, me importa un bledo el mundo y sus desamores, así te espero se qué vas a llegar, tarde o temprano, me gusta imaginar que vienes de jeans y de playera, observo por primera vez el lugar, está casi repleto de clientes, desde ese que trae a la secretaria disfrazada de amante hasta esos chicos que vienen a ver como se ligan a su amiga, ha pasado un buen tiempo, te espero y me invade una terrible angustia: ¿y si paso algo? ¿si me hubieras necesitado en la esquina? Por si acaso me asomo por una ventana, nada, todo tranquilo, aprovecho para voltear a ver una mesa…

Yo supongo muchas cosas de la vida, no creo que estemos parados en un lugar tan especial, ¿no lo han pensado? Porque habría de ser un lugar especial que sólo es el tercer planeta de un sistema de nueve planetas y una estrella, hay millones de estrellas por todo el universo, por si fuera poco, somos millones de seres vivos en el planeta, ¿de donde saca el ser humano que es el más importante? ¿cómo saber si lo es?, el mundo se está perdiendo y nadie hace nada, sólo se quejan… Carajo no llegas, llevo casi toda la tarde esperándote, no sé donde estás y no sé nada de ti, mientras tanto prendo el último cigarrillo y pido el último café, con esa cantidad de toxinas en mi sistema, es natural que mis nervios se hayan calmado y el ligero temblor de pierna se haya detenido; por fin pido la cuenta, ya sé que no vendrás hoy, es lógico ni siquiera te había citado, hace meses que no te veo y así está bien, ni siquiera el café está en tu camino a casa y eso está mejor, ya vendré mañana a ver si llegas, a ver si me invade toda la tarde la misma angustia de esperar a que entres por el café … maldito oriente medio, maldito Bush, maldito Obama, maldito Papa, malditos judíos, malditos nazis, bendita neurosis y sus jaleos sólo lo preocupan de más a uno, la economía no va bien, los senadores se pudren en sus asientos, los partidos políticos son un fraude, el presidente un imbécil, la oposición una partida de idiotas y yo dejé propina de más.

jueves, 11 de junio de 2009

Cuando llueve sobre mojado

Aquella manzana parecía jugosa y sin embargo advertí, mientras la comía, que tenía algunas partes más oscuras que otras y que eso, al gusto, parecía no gustarle. Como siempre y como todo, no renuncié hasta dejarla en huesitos, incluso chupé (como siempre) hasta la ramita. Minutos después el estómago me reclamaba algo, y por supuesto me interesé más en la película mala-mexicana (disculpen el pleonasmo) de acción que comenzaba en la tele que del dolor que fue creciendo entre comercial y comercial. Fue así que comenzó la noche mas larga de mi vida, y este es su recuento. 11:00 pm Ya en la cama, mientras llovía allá afuera, el dolorcito se hizo intenso y constante. De ser un pequeño retortijón se hizo un siempre punzante estomagototote... 01:00 am Decidí levantarme por primera vez, porque el intento de dormir se hacía cada minuto un poquito más estúpido... Empecé a caminar alrededor de la cama y a mentar madres... Afuera el aguacero estaba de pelos... 02:30 POR FIN !!!!! Encontré dos pastillitas de Pepto, ellas nunca me habrían dejado morir solo, Ellas, fieles amigas de tantas experiencias del tercer tipo, Ellas iban a salvarme de esto... Ellas eran lo que mas amaba en el mundo en ese momento… Todo iba a pasar pronto... 02:35 Todo pasó pronto… al fondo del escusado. Agachado ante el water regresaba lo que quedaba de la manzana, con un específico color rosita característico de mis grandes amigas las pastillas... (Ellas, las muy cabronas, se negaban a dar batalla) Algo estaba saliendo mal... Muy mal... 03:00 Dieciocho vueltas alrededor de la cama me habían hecho sentir un poquito mejor, las cosas podían no ser tan malas (siempre tiendo a exagerar), el asunto era agarrar sueño y con el sueño pasarían las cosas... Era hora de acostarme de nuevo... 03:05 Una puta mentira – pensaba mientras veía de nuevo el fondo del escusado – ahora había menos manzana y un poquito mas de rosa... 04:00 Salir de mi cuarto sería la mejor opción (dar vueltas en un espacio de 4x4 empezaba a ser, además, aburrido). Caminar por el pasillo hasta el cansancio iba a caerme bien... Caminé y caminé hasta que el sueño hizo, de nuevo, su aparición. Pero NOOOO, esta vez no me iba a ocurrir lo mismo, no me acostaría dejándome llevar por el engaño. Esta vez me acomodé una silla, pues sentado me dolía menos... 04:20 Duele menos, pero con un carajo no se puede dormir, no hubo forma de conciliar el sueño en tan adversa posición y menos con este malditísimo dolor abdominal... Había que acostarse de nuevo, sí, eso era lo mejor... 04:25 No siempre las grandes mentes llegan a grandes ideas – filosofaba ante el ya conocidísimo escusado – mientras los ojos me lloraban y hacia el célebre ritual para descomer. 04:27 Es interesante ver los objetos desde ángulos singulares (diríase que mi cabeza metida en el water es precisamente el ángulo singular y al que me refiero...) 5:00 La lluvia inundaba la ciudad y yo daba vueltas en la sala. 5:30 Por primera vez sentí frio en 5 meses... Decidí vestirme, visitar de nuevo el wáter en-la-posición-singular y salir de esa casa. Tenia que ir al hospital. 5:45 El camino más largo de mi vida. De la casa a la esquina. ¿Y luego? ¿Alguien sabe dónde hay un hospital en esta ciudad? ¿Alguien puede quitarme este dolor? 6:00 Apenas llegue a esa puerta mis pensamientos redundaron en lo inútil de la iniciativa, ¿apoco iba a tocar la puerta de una vecina así como así? Obviamente no. Esperaba que encontrar un taxi sería más fácil. 6:20 No lo fue... 6:25 Miraba en los ojos de un taxista asustado: "quéste cabron no se me muera aquí…” 6:30 Mientras subía las escaleras de la entrada de Urgencias del Seguro Social mis pensamientos se iban con el arrancón del taxista que al fin no tenía la culpa de casi aventarme. …Sin embargo, ¿qué carajos hacía la sala de urgencias en un segundo piso?
(¿verdadero surrealismo en estado puro o la estupidez en su máxima expresión?) 6:35 La jeta de pocas pulgas de una poco amable enfermera me informaba que sin la hojita rosa no podría entrar al recinto. 6:36 Mis ojos y un grito consecuente de dolor (tal vez un poco exagerado) le dieron la respuesta. Debía hablarle a un doctor ¡ A U R I T I T A ! …¿qué carajos es la hojita rosa??? 6:40 Lamentos míos resonaban en aquel cuartito que la hace de oficina (¿putero? ¿olía a putero?) y consultorio. El doctor intentaba sacarme algo de información. Preguntaba y tecleaba mis balbuceos en una antigua (y ruidosa) máquina de escribir. 6:43 Dictamen del doctor: "Mmnnnnno joven, voy a tener que operarlo sino se lo va a llevar la chingada... Segurito es apendicitis y si no lo opero orita a usté ya valió madre…" 6:44 En la cabeza algo se me despedorró. ¿Operarme a mi? Pus que estamos pendejos o que... "wua, bla wua, bla, peritonitis, wua bla, bla, llevar la madre, wua bla, bla, de la chingada joven" 6:50 De pronto escuche el silencio. El doctor me miraba como esperando una respuesta, y ante mi actitud poco cooperativa de ayudarle a introducirme un cuchillo, mencionó que su responsabilidad era internarme y hacerme unas pruebas. 6:55 Entre seis camas de hospital, tres de ellas ocupadas, alguien me ayudaba a quitarme la ropa y ponerme una pinche bata que, además de tener un color rosita ridículo, estaba sin planchar, vieja y extremadamente pequeña... (pinches batas de hospital, ¿nadie les ha dicho que también deben tapar las nalgas?) 7:00 Me introdujeron un catéter por el brazo, y me sacaron sangre por el otro. El dolor apenas me permitió firmar un formulario que me enseñaron. 7:03 Apenas estampé la firma aquella y, ante mi propio asombro y mi poca comprensión del inframundo (un verdadero infierno in situ), casi automáticamente – por arte de magia – el dolor, toooooddo el dolor, así como llego, d-e-s-a-p-a-r-e-c-i-ó... El dolor se había ido, tal como había suplicado toda la noche, el dolor ya no estaba, cabut, chingoasumadre, valió, disapir, nada, nada, absolutamente nada de dolor... 7:04 Yo estaba sorprendidísimo. ¿De verdad todo mi teatrito se iba a acabar así? Ni modo de pararme e irme dando las gracias por las atenciones… ¿y mis gritos? ¿y mis quejas? ¿y toda la puta noche sin dormir?... Noooo… Algo nuevo empezaba a gestarse en mi cuerpo… 7:05 Un sueño fulminante me aplastaba los parpados. Diríase que Morfeo ya galopaba sobre mi vergüenza mientras la enfermera intentaba darme algunas instrucciones. Creo que al final se rindió ante mi elocuente indiferencia por hacer algo diferente que ay, por dios doorrmirrr... 7:068:00… 9:00… 10:00… 11:00… 12:00… 13:00… … … … … A las cuatro y media de la tarde desperté por los gritos de una vieja en la cama de al lado y con un hambre atroz. Una enfermera mucho más amable me dijo que tenía dos noticias que darme… una mala y una buena: la mala es que me habían robado el reloj, la cartera, el pantalón, el celular y los zapatos. Lo único que me quedaba era la camisa que había usado de almohada (la cama no tenia almohada) y los calcetines que nunca me quité. La buena es que me habían declarado el alta y estaba completamente sano. Debía que desocupar la cama, devolver la bata y desalojar el hospital. Felicidades y que tenga usted un buen día... Nota al pie: Todas hechos aquí relatados son verdaderos, excepto los que no. La sala de urgencias del Hospital del Seguro Social de Villahermosa se encuentra en un segundo piso. Se accede subiendo escaleras o usando un elevador que lleva 3 años sin funcionar. A los tres pacientes que fuimos dados de alta ese día, nos habían robado todas nuestras pertenencias. Nunca obtuve mi diagnóstico.