lunes, 4 de agosto de 2008

Sensacional de Tarjetas de Crédito (I)

O lo que tienes que aguantar por tener dinero plástico
Contexto: Un domingo cualquiera. Estrenando tu primera tarjeta de crédito. "la fabulosa solución a todos tus problemas" (sic del agente de servicios del banco que te prometió bajar la luna).
Vestidito, bañadito y perjumadito, sales para tu bien y bonito día de shoping... (la neta es que me encanta la palabra)
Pasas al Sangrons por unos libros que viste ayer, y nomás están dos de los que querías, bueno ni modo, y pus vamos a estrenar la "tarjetita-abretodaslaspuertasalmundo" y zas, zaz, el primer tarjetazo.
(Entre tus mas recónditos miedos está el que, estés frente a la señorita de la caja, le extiendas la tarjeta con aires de hombre de mundo, levantes la ceja con desden, sonrías levemente... Y la señorita te diga - "hijole jovenazo, pos hora si que sta cabrón, porque su madre ésta no pasó, se me hace que no tiene crédito, no tendrá usté ai pa' pagar en cash?". Putamadre, ay no mames y justo cuando este bomboncito está a mi lado esperando en la fila, y chingue a su madre tu sonrisa, tus aires de mundo y tu ceja levantada que ahora se convierten en dos ojazos bien abiertos, porque sabes que tampoco traes "cash" y pus nimodo, habrá que devolver el articulito en cuestión y emprender la estratégica retirada a discreción...)
Total que el primer zablazo a la tarjeta no tiene problemas... (aires de mundo para recibirla, firmar el vaucher y devolver la pluma..., qué galante, qué hombre, qué seguridad de movimientos , qué barbaridad... Si estás hecho pa' esto me cai, y eso que te cagaban las tarjetas y los mamones que pagaban con ellas...) Ya con los libros en la mano y la seguridad en la nalga (dentro de la cartera por supuesto), te invitas un cafesito, te lo mereces, un rico cafesito pa' tomártelo bien despacito mientras te revientas la contraportada y el prólogo del librito que compraste... Al terminar pagas con todo el cambio que traes en el pantalón (porque pagar un pinche café con tarjeta ya es demasiado) y te decides, ahora sí, a empezar deveras tu shopin (sera que termina con "g"? Shoping, o asi se escribe aquí, en las altas eferas?... Mmmta, no sé pero cómo me gusta la palabreja esta) Total que para no hacerles más largo el cuento. Entras al Mall (wow qué hombre...) Y vas con tu carrito, ya con tu shoping (chulada de palabra) a la caja 3 y zaz, zaz... El segundo gran zablazo de del dia... Otra vez te ataca la misma pesadilla del "pinchepobresincredito" pero de nuevo sales bien librado del asunto... Sales con tu carrito lleno de pendejadas (porque, pa colmo, nomás compras puras pendejadas) y encuentras un cajero a la salida del Mall (que mamon se oye eso, verda?)
Y te dices a ti mismo... Con ceja levantada y postura reflexiva "mimismo, voy a checar cuánto tengo en la tarjeta porque tengo que medir mis gastos, no vaya a ser lademalas y pierda el control de mis gastos (si acaso lo has tenido alguna vez...)
Introduces la chingadera esa en la maquina aquella, digitas tu nip, lo digitas de nuevo porque a wuevo te equivocas, y procedes a pedir el saldo que esperas todavía sea lo suficientemente holgado... De pronto, a la máquina esa se le apaga la pantalla, se le prende y aparecen unas letras que te dicen no sé qué cosas. Te imprime un papelito y te quedas con cara de pendejo frente a la maquina -"pos ora, ¿qué paso?". La pantalla regresa a su imagen original dándote la bienvenida como cliente e invitándote a introducir tu tarjeta por el orificio aquel... -"¡¡¡cuál tarjeta!!!, si tu la tienes babosa!!! (le gritas a la máquina) no manches!!! ¿¿¿y ora que...??? Checas el papelito que amablemente te informa que tu tarjeta (ha chingado a su madre) ha sido retenida por cuestiones de seguridad y blablabla... Y muchas gracias ha sido un placer atenderle... Beeendito... ¿Y ora? ¿Qué paso?? (tú sigues con tu cara de pendejo frente a la madriola esa, todo ha sido más rápido que tu entendimiento, aunque, bueno, hay que aclararlo, muchas muchas cosas son más rápidas)
Obviamente vuelves a leer el papelito nomás pa checar si no leiste mal y seguramente dice: no se preocupe usté joven, todo ha sido un malentendido, en unos momentos le devolvemos su tarjeta y puede usted continuar con su maravilloso dia de shoping... Tomas el telefono celular y marcas el mentado 01800... Donde te contesta un muy amable ejecutivo del banco al cual le armas tal panchote, que los empleados de la tienda llaman rápidamente a los de seguridad para seguir atentamente tus pasos... Gritas, blasfemas, mientas madres y hasta dices "tontito" dos veces... Hablas hasta que el crédito del celular se agota. Cosa que te encabrona mas todavia, (son mamadas, como que se me acaba el crédito si éste es un número gratuito, por eso es 01800!!! Carajo!!!) El señor de seguiridad mas plantado te recomienda que le bajes a tu desmadrito puesto que tanto clientes como empleados empiezan a asustarse...por la amable forma de pedir del señor en cuestión (cara de pocos amigos y una mano en el rociador de gas) comprendes que es mejor sonreir amablemente y pedir disculpas...
El gerente de la tienda decide prestarte su teléfono para hacer las respectivas aclaraciones con el banco. Lo cual, al final de cuentas, sirvio para que: -Hablaras cuatro veces al banco. -Contaras la historia completita cuatro veces más -Te pidieran, en todas y cada una de esas cuatro llamadas, todos y cada uno de tus datos, (hasta el nombre ultrasecreto del osito de peluche que usas todavía pa' dormir: "Rapsonico" que, aclaremos, es tu contraseña de todos y cada uno de tus asuntos virtuales) -Te colgarán el teléfono cuatro veces después de advertirte cada uno a su modo que lo harían si no te serenabas un poquito... (lo cual, a su vez, obviamente te emputaba un poquitito más) -Cada uno de los "ejecutivos" te diera una version diferente de lo que pudo haber pasado a tu tarjeta; desde que en tarjetas nacionales eso tenía que pasar a huevo, hasta que debio ser una falla de luz y sería recomendable que usté se parara frente al cajero una media hora pa' ver (si de milagro) la cajita esa decide (escupir) emitir tu tarjeta... Al final de todo el teatrito, casi una hora después, los resultados son: un hombre sin tarjeta (llamémosle yo), dos bolsas llenas de despensa, dos cajas con articulitos innecesarios pero menos importantes, cinco encabronamientos seguidos, un gerente muy amable, dos empleados preocupados, un guardia de seguridad que te asignaron por aquello de los nervios, un peso con cincuenta centavos en la bolsa derecha del pantalon, un celular sin crédito, un estómago vacío, dos libros (nuevesitos) los nervios crispados y 45 cuadras de distancia a tu casa... Después de discutir con el gerente lo poco usual de la situación, amablemente te presta 50 pesotes que todavía no terminas de agradecerle pues con eso alcanza pal taxi y pa' meterte cualquier madre al estómago... Agradeces a todos los presentes por aguantar (y divertirse con) el "numerito", y con una sonrisa de esas que dicen: sí, soy un pendejo pero muchas gracias por tolerarlo, tomas un taxi que, misteriosamente, te espera a la salida del estacionamiento. Al llegar a casa, bajas las cajas, las bolsas, la dignidad y... ¿¿¿los libros???, ¿¿¿los libros??? Putísima madre, los pinches libros han decidido quedarse en el chingao carrito del super y no abordar contigo el taxi. 419 pesos con 50 centavos (el costo total de los libros) se van por el caño, tal como se va la caca cuando jalas la palanquita del water... (éstas son mamadas)

2 comentarios:

  1. no mames... y eso fue real????
    O es de esas cosas k metaforizas (existe esa palabra??) como yo...

    ResponderEliminar
  2. .

    Pues a mi si me pasó:

    La primera vez que usé mi tarjeta de crédito fui a comprar libros a una librería Porrua y zaz, zaz. El señorito que atendía la caja registradora volteó con cara de: "hijole jovenazo, pos hora si que sta cabrón, porque su madre ésta no pasó, se me hace que no tiene crédito, no tendrá usté ai pa' pagar en cash?"...

    Y me quedé sin mis libros porque la tarjeta de crédito no había sido dada de alta en el sistema aún (a pesar de que el tiempo reglamentario de espera había pasado desde hacía ya bastante tiempo) y yo solo traía como 5 pesos en la bolsa del pantalón.

    Eso fue hace como 3 años y hasta el día de hoy sigo sin comprar esos libros, porque el encabronamiento no se me pasa.

    ¿Rencoroso? P'us algo nomas...

    .

    ResponderEliminar