viernes, 29 de agosto de 2008

Fuera de la ley

Cuando supe que no me dejarían fumar más en dónde se me pegara la gana tuve varias crisis de ansiedad. Hoy, que por fin mis más horrendos temores son legales, no tengo palabras. Me cuesta trabajo escribir, me tiemblan las manos y los dedos. He llegado al trabajo y, sobre el teclado de la computadora, me han dejado un recado en letras enormes: Ya está prohibido fumar adentro, si quieres fumar, afuera.

Con tranquilidad, con una serenidad inusitada en mí, encendí un cigarro. Di una larga, profunda, fumada y dejé que el humo se esparciera por la habitación. Luego, tomé una hoja y escribí un recado en letras enormes que después puse enfrente de mi escritorio: DESDE HACE AÑOS ESTÁ PROHIBIDA LA DISCRIMINACIÓN Y NO VEO LA DIFERENCIA.

Creo que nadie entendió, pero me dejaron en paz.

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