lunes, 21 de marzo de 2011

Decirle adios...

Cuando termino de leer un libro le doy unos días de duelo para que se me pase la depresión. Y es horroroso... No puedo seguir leyendo, porque siento la angustia de la traición, pero la mísera manía de leerlo todo me atormenta. Estoy en uno de esos momentos. Todo se ha acabado. Le tuve que decir adios a otro amigo. Y eso me da tristeza. Le he dicho a mi esposa que no acabe nunca el libro que lleva ya año y medio en el buró de la recámara. Lo va a extrañar muchísimo...

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