martes, 16 de marzo de 2010

Defendiendo al Caballero

No tenían otra misión más que la de rescatar la llave de oro del reino, llave custodiada por un dragón de lo más arrogante y malhumorado que uno puede concebir, además del malhumor del dragón, también tendrían que hacerse cargo de su feroz aliento y su armadura de escamas, era importante encontrar la llave del reino, el Rey no podía abrir la puerta del oráculo de las hadas y, si no lo consultaban , vayan ustedes a enterarse que desgracias caerían por todo el reino, el oráculo de las hadas era, por decirlo así, las instrucciones para vivir en paz y poder respirar tranquilos, la menor de las hijas del Rey, Rid, había contratado a Falger, un caballero mercenario, que poco le importaba el pago en oro que le habían prometido, lo que le importaba era regresar a un reino en el que tuviera una casa propia, estaba ya muy harto de hacerse el valiente por varias aventuras y ni siquiera figuraba en los relatos que cantaban los bardos en las estancias de los grandes reyes, de verdad le molestaba esta falta de fama, sólo por ser joven, así que había optado por una última y jugosa aventura, donde lo peor que podía pasar era ser el filete termino medio de un dragón… eso pensaba hasta que la princesa lo alcanzó a medio camino, la princesa tampoco era una princesa muy tradicional, como las que ustedes han visto, no le gustaban las galas, ni los príncipes, sean del color que fueren, mucho menos esa absurda idea de cabalgar con faldas largas, había tenido más de una vez la discusión sobre tomar la clase de esgrima en lugar de la clase de ‘escoger bien los cubiertos en la comida que va a ofrecer el príncipe tal que quiere tu mano’, en lugar de eso había aprovechado cada ocasión para escaparse a los entrenamientos de la Guardia Real y por supuesto el día que el Dragón se robo la llave, no pensó ni dos minutos que ella se haría de un guardaespaldas para poder rescatar la llave, así que contrato a un caballero a precio de escudero, la verdad para Falger eso no era una molestia, nunca le había molestado tener compañía y mucho menos si se trata de una princesa que quiere ir por la cabeza de un dragón,

Sin embargo todavía no habían llegado a esa parte, estaban en el camino del bosque amarillo, famoso por estar desde varias décadas, ocupado por algunas bandas de ogros, aunque se sospechaba que eran bandas controladas por los enanos, los ogros nunca han sido tan listos como para mantener un negocio de asalta caminos del bosque amarillo, llevaban varios días caminando por el bosque, a expensas de saber que los ogros los seguían, pero los ogros no soportan la luz del día, así que dormían por el día y caminaban por la noche, esperando de un momento a otro la emboscada, pero el camino había sido bastante ligero, Rid le había contado a Falger como eran los palacios en el reino de cristal y como su rey tenia músculos tan delicados que tenia que pasar el día en un trono con ruedas, Falger a su vez le había contado lo que era ir al Bosque de Nubes y como eran sus habitantes que bebían un agua negra con pan negro también, de cómo vivían en medio de la blancura de la niebla, se platicaron sobre sus hermanos y animales, como la mascota de Rid, un animal peludo, pachón y que podía saltar tan alto que pasaba fácilmente por encima de su cabeza, de la mascota de Falger, que curiosamente no lo acompañaba a esta aventura, un lobo negro y amarillo gigante traído especialmente para él desde la casa del abuelo paterno… Sucedió que en un claro del bosque, que es algo muy lógico si lo piensan bien, los ogros son torpes en los espacios limitados, pero en los espacios abiertos son terribles con esas hachas que parecen mazos gigantes, Rid y Falger saltaron hacia atrás con el primer silbido de hacha que pasó justo delante de sus narices, digo narices porque dos caballos y dos aventureros suman cuatro narices, Rid desenvainó y de un tajo cortó una mano con hacha, mientras Falger le hundió una lanza a uno, sus caballos salieron corriendo sin pensarlo, lo que a la larga sería una pena, pero la verdad no los pueden culpar, lo estaban pasando muy mal y nadie quiere terminar en un asado de ogros, la batalla se enfrasco en una confusión de espadas, hachas y lanzas, una pelea sucia, con patadas en las espinillas y piquetes de ojos, muchos ogros habían caído bajo el acero de Rid y Felger, cuando aparecieron los enanos y, cuando digo enanos, no se imaginen enanos de esos de circo, no, imagínense unos enanos un poco más bajo que alguien pero que pueden cargar cinco veces su peso y pegan tan fuerte como una mula, la pelea estaba enfrascada en una confusión entre ogros que pegaban a lo que fuese, enanos gritando ordenes y Rid y Felger tratando de cuidar uno del otro mientras se cuidan a sí mismos, sucedió que de un tajo de espada Felger había cortado la cabeza de uno de los jefes ogros, para lograr eso había tenido que arrojar el escudo y tomar vuelo con las dos manos aferradas a su espada, así que le había separado la cabeza de los hombros, pero con el impulso había quedado casi de lado y sin protección, es una situación bastante vulnerable, así como ustedes lo piensan también lo pensó uno de los enanos, que por cierto estaban muy enojados por el resultado de la pelea, Rid ya había despachado a unos tres y ahora con el jefe ogro muerto, la balanza se inclinaba a favor de Rid y Falger, pero con Falger casi en cuclillas y la espada clavada en el suelo, la idea de asestarle un golpe de venganza se hizo muy necesaria, así que salto desde su escondite dispuesto a clavarle una de esas horribles espadas cortas de los enanos, que además del filo hay que cuidarse de los hechizos con las que las envenena, pero la suerte es la suerte del protagonista, Rid se dio cuenta a tiempo, le grito a Falger, que se pudo agachar a tiempo, para ver como pasaba silbando la lanza corta de Rid… a estrellarse justo en medio del vidrio del jardín, por supuesto, eso ya lo habíamos platicado, no hay que lanzar nada, pero no la culpen, ese maldito enano es el responsable, y ella sólo pudo hacer lo que un buen amigo hace por otro, en este caso yo, salvar mi cabeza, yo estaba un poco apenado, porque algunos ogros cuando mueren parecen hechos de barro, como la maceta que yacía en medio del jardín… justo después llegaron todos, sus papás, los míos, su hermana mayor, justo cuando iban a empezar los gritos y las preguntas, ¿por qué los adultos les preguntan a los niños cosas absurdas? ¿qué quiere decir ‘y ese palo qué’?, yo salté, se lo debía, al final el enano no me había asesinado por la lanza que ella había enviado directo al medio de sus ojos y a nadie regañan en casa ajena, así que después de mi salto dije, me encantaría decir que mi voz fue templada, que fue segura de sí misma y baje la mirada para hacerles saber la pena que sentía por romper el vidrio, pero no, no fue así, dije entre palabras cortadas y una voz que se hacía pequeñita -“yo rompí el vidrio, fue un accident… disculpmm… no quer…”- y por alguna razón que no logro entender, en lugar de agachar la mirada y quedarme a contemplar las agujetas de mis tenis, no pude dejar de mirarle los ojos a mi papá, así que balbuceando se fue apagando mi voz, pero lo dicho, a nadie regañan en casa ajena, por lo menos se esperarían a casa, se voltearon, mi papá dijo- no te preocupes, llama al vidriero y de una vez lo pago-, su papá dijo- es una tontería, lo pago yo es cosa de niños-, no recuerdo si mi mamá dijo algo o si su mamá contesto, porque para ese momento ya estaban en la sala seguramente platicando de alguna otra cosa de cómo se asustaron, de las cosas que pueden platicar las mamás cuando se quedan con las ganas de una explicación lógica, su hermana fue la única que dedujo que algo pasaba más allá de la historia del palo, pero se sonrío y lo dejo pasar… para todos los demás era fácil, pero ¿cómo retomas el camino del bosque amarillo?, no pudimos, esa tarde, todavía nos caímos en la bici, nos subimos a un árbol y visitamos al rey del reino de cristal, su hermano tenia una de esas enfermedades que hacían que tuviera que estar en un trono de ruedas, era por eso y por el trabajo del Papá, que la siguiente semana se iban a vivir a Alemania, por eso esa tarde era la última de cientos de tardes jugando a miles de islas, por eso esa tarde había que rescatar la llave del reino, porque siempre la buscábamos y terminábamos en una aventura distinta, por eso, quizá de niño uno no sabe a que se refiere ese calor por encima del estómago y abajo del pecho, pero los niños saben lo que necesitan, ella se fue a Alemania, 29 años han pasado y ahora me visitan los colibríes.

4 comentarios:

  1. Buena intención, demasiados peros,explicaciones innecesarias. Ojalá encuentres pronto el camino amarillo benjamin...

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  2. Nunca entendí tu comentario, demasiadas explicaciones, peros y ¿benjamín? que por cierto lleva acento, disculpa quien eres, ¿Simeón? ¿Juda? ¿José?, quizá si fueras más específico en la crítica o pusieras tu nombre... en fin gracias por el comentario,

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  3. Tal vez por eso necesitas pulir más tu forma de escribir; porque ni siquiera notas todos los peros y tooodas las explicaciones que das. No eres malo, me gustas pero aún te falta. Ah por cierto Benjamin en inglés no lleva acento y disculpa que no te diga mi nombre, de todas formas no nos conocemos o dime, que adelantas sabiendo mi nombre.

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  4. ¿cada noche tienes uno distinto?, jajajaja pues es uno nuevecito, sin revisión ni nada, de verdad gracias por el comentario, pudiste haber puesto: "maybe you can find the yellow brick road, benjamin" para entender que era en inglés, mira la verdad no me tomé a mal tu critica, hasta me senté a revisar y otra vez redactar, ya lo metí a la bodega para que se asiente.
    Sé que no nos conocemos, sin embargo, me gustaría saber tu nombre, es meramente ponerle nombre a una expresión, si es tu deseo no decirlo, yo te llamaré Juda, en castellano.
    Quizá quieras leer el de Gernika, que escribí ayer para los 73 años del bombardeo y, apreciaré tus opiniones.
    Feliz Semana y buena luz de luna, lástima por el sol

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