sábado, 1 de marzo de 2008

Curriculum Vitae

Uno se pone a juntar papeles. Llega un punto en donde un solo fólder no basta. La cartilla de vacunación, el acta de nacimiento, la cartilla militar, la credencial de elector, el registro federal de contribuyentes, las 5 ó 6 pruebas del sida y el título universitario son algunos. Y entre tanto, uno se pregunta si alguno solo de entre todos ellos dice algo sobre lo que yo soy. Ahora también tengo mi permiso para andar por el mundo más allá de Chiapas, 2 tarjetas de crédito en la cartera y una cuenta bancaria con fondos discutibles. Una de las dos frases que más oigo cada día es: "gracias por su compra", y lo que más escribo es un garabato que dice mi nombre entre rayones. Soy, pues, un ciudadano. Hasta me visto a la moda, a la moda treintañera quiero decir. Mis únicos resquicios de protesta son el pelo y las uñas que me corto cada que me acuerdo y los zapatos sin bolear. Estoy en mi curso intensivo de cosas que no debo de decir; tristemente, empiezo a obtener notas aprobatorias y el otro día me compré un kit de prudencia por 24.90, a crédito, por supuesto. De todas maneras, viajaré en clase turista, aunque el cognac sea muy seductor para mí, que no para mi bolsillo. Wait a minute, please, el celular está sonando. ... Estoy de vuelta. La otra frase es: "¿encontró todo lo que buscaba?" A esto nunca sé, bien a bien, qué contestar. Tal vez los únicos papeles que me falten en mi fólder de ciudadanía sean el acta de matrimonio, el acta de divorcio y el acta de defunción. Acaso, en éste último, en la sección de observaciones, diga algo al respecto.

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