Ritmos Rojos
A mis dieciocho no tenia gran cosa, poseía una sonrisa,
mantenía varias miradas, rentaba anécdotas ajenas,
El humo del cigarro jugaba a ser oxigeno y yo,
jugaba a beber de las bocas que nunca fueron mías,
Las bocas que no se atrevían a irse de viaje conmigo,
por no confiar en mi pluma, ni ayer ni mañana
hoy es mañana y casi todo es más sencillo,
tengo una fabrica de risas, sigo manteniendo las miradas,
oferto anécdotas y el humo del cigarro,
hace juego con el oxigeno de mi boca, sólo me sobra lo que me hace falta,
y me faltan las darbukas del desierto en el amanecer de los días,
los ojos color aceituna,
los ritmos rojos de tu cintura al ritmo oscuro de tu lejanía.
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